Hay programadas más de 80 para todo el puente de hermandades, asociaciones y peñas flamencas
La Navidad en Jerez ligada irremediablemente a las zambombas, una fiesta declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 2015 por la Junta de Andalucía, donde los villancicos con tintes flamenco resuenan por cada esquina y regresan tras un año de ausencia debido a la pandemia.
El sábado comenzaron cinco días de festejos para los que hay programadas más de 80 zambombas en distintas plazas y bares de la ciudad, organizadas por hermandades, asociaciones y peñas.
Tras una Navidad en 2020 especialmente triste por la cancelación de las zambombas, este año la relajación de las restricciones sanitarias ha animado a jerezanos y visitantes a imbuirse de nuevo del espíritu festivo que impregna una de las celebraciones navideñas más genuinas de Andalucía y, alrededor de una hoguera, cantar villancicos y beber vino de Jerez.
“La manera de entender las zambombas desde una óptica flamenca es la que ha popularizado esta fiesta”, señala a Efe Julio de Vega López, antropólogo especializado en Gestión de Patrimonio Cultural y miembro del equipo que creó el expediente para que fueran consideradas como BIC.
Unos festejos que, sin embargo, “pueden morir de éxito”, advierte, ante la notoriedad de estas celebraciones, convertidas en un reclamo turístico para la ciudad cada diciembre.
“Esta comercialización sirve para reflexionar sobre el valor de algo propio, pero se corre el riesgo de que se convierta en algo exclusivo para turistas y pierda la naturaleza participativa que define a esta fiesta”, alerta.
Para él, “cuando es un grupo el que canta es una actuación, una recreación, por mucho que se le llame zambomba”, en alusión a aquellas en las que un coro canta mientras la gente escucha, en lugar de las tradicionales que se celebran en las plazas y donde todo el mundo participa por igual.
En los años 80, el escritor y flamencólogo Juan de la Plata animó a las peñas a unirse y recuperar esta tradición del siglo XVIII, “perdida en los 70 al cambiar los modelos residenciales y pasar de casas de vecinos a bloques de pisos”, explica De Vega.
En esta “reinvención” de la zambomba se produjo un cambio significativo que hizo que la mujer perdiera el protagonismo que había tenido antaño: “Al pasar a un ámbito más público, determinados roles se profesionalizaron y fueron monopolizados por los hombres”, apunta lamentando que hoy día no sea común ver a una mujer tocando una zambomba “bajo argumentos peregrinos como que no tienen fuerza o se ve obsceno”.
Ahora, el toque flamenco en sus villancicos y en la manera de vivir esta fiesta forma parte de la identidad de las zambombas, aumentando su fama y valor, y siendo una de las citas más esperadas de la navidad andaluza.
Desde hace ya una semana, la ciudad bulle de gente ansiosa por encontrar una zambomba en la que poder echar un cante y entonar villancicos tan populares como “La Virgen lavaba”, “Calle de San Francisco” o “La Micaela”, tras una pasada Navidad sin una de sus tradiciones festivas más antiguas.
La declaración BIC puso en el mapa a las zambombas de Jerez, que este mes inundarán sus calles con villancicos flamencos si la nueva variante de la Covid19 no altera los planes de la Navidad jerezana.
Por el momento, apenas ha habido cancelaciones ante el aumento de casos en la ciudad, aunque desde el Ayuntamiento recuerdan que deben cumplirse las medidas de distancia social y mascarilla si se asiste a una zambomba, unas normas que, a veces, resultan complicadas de mantener.
Además de Jerez, la Diputación y la Federación de Peñas, han programado 16 Zambombas en 15 municipios de Cádiz del 3 al 23 de diciembre, para acercar esta tradición a otros puntos de la provincia.