Carmen Vázquez, su marido y su hijo de nueve años, una familia de Jerez, estaban el pasado sábado entre los 74.345 espectadores del
Estadio Olímpico de La Cartuja con los que el
cantante y compositor onubense Manuel Carrasco batió el récord de asistencia a un concierto de un artista español. Las entradas eran un
regalo a su pequeño por su Primera Comunión. Salieron eufóricos. “Fue un conciertazo”, cuenta Carmen a Viva Jerez. El disgusto vino a la vuelta. Cuando casi a la 01.30 horas llegaron a uno de los parking oficiales habilitados en la Isla de la Cartuja donde habían dejado su coche -un Seat León negro- sobre las 18.15 horas, previo pago de cinco euros a la empresa
vayaentradas. No se lo podían creer. Su coche no aparecía.
Para encontrar entradas habían movido “cielo y tierra” porque su hijo no pedía otra cosa. “Fui por mi niño e hice el esfuerzo económico por él, porque desde antes de Navidad las estaba pidiéndo”, explica. Como había tanta gente, salieron antes de tiempo para evitar los atascos a la salida. Sirvió de poco adelantarse. Ni daban con el coche ni con alguien a quien preguntar. “Yo sabía desde el primer momento que me lo habían robado, pero aún así dimos varias vueltas”, explica.
Tras comentar su caso a un policía que ordenaba el tráfico, les aconsejó que fueran a la Alameda de Hércules, donde quedaba la comisaría más próxima. No había taxis, por lo que tuvieron que pegarse otra caminata de media hora para llegar.
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Una vez allí, pusieron la denuncia y recibieron pocas esperanzas, más bien ninguna, asegura, de tener opciones para recuperar su turismo. A su hijo, que se llevó un sofocón, le acabó venciendo el sueño y se quedó dormido en las sillas de las dependencias policiales.
“¿Hay derecho a esto?”, se queja su madre. Impotentes por lo que les había pasado, el domingo, solo unas horas después de llegar a Jerez en un taxi a las seis de la mañana, volvían al aparcamiento para cerciorarse ya con la luz del día “porque de noche no se veía nada” si podían averiguar algún dato que dieran con el paradero del turismo. Fue en vano. Ayer sí pudieron hacer gestiones. “Nos han explicado que los terrenos con 2.700 plazas son del Ayuntamiento de Sevilla, pero se los alquilan a esta empresa para los conciertos los fines de semana; resulta que aunque el parking cierra a las tres, los trabajadores de esta empresa se van a las once de la noche y dejan la puerta abierta , ¿para qué pago yo un parking entonces? ¡Alguien tendrá una responsabilidad!”, señala indignada.
Al no poder contactar con Vayaentradas, ya han puesto el caso en manos de un abogado. Aunque les han dicho que las cámaras que hay en el aparcamiento se limitan a contabilizar el número de vehículos, quieren tratar de ahondar en esta cuestión, "ya no solo por nosotros, es que aquí hay conciertos casi todos los fines de semana, le puede pasar a más gente", indica. De momento, su
denuncia en redes sociales pidiendo ayuda y haciendo un llamamiento a la colaboración ciudadana se ha viralizado y tiene más de 2.200 compartidos.