El movimiento asociativo vecinal en Jerez sufre desde hace algún tiempo las consecuencias de la falta de relevo generacional, pero también la pérdida de cierta sustancia reivindicativa que, durante varias décadas, ha formado parte de su adn. Manuel Cazorla, recién elegido presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad, quiere revertir la situación desde una actitud colaborativa, pero en la que se les identifique como los grandes interlocutores necesarios ante el Ayuntamiento o cualquier otra administración pública de la que dependa la mejora de los servicios que se prestan en la ciudad, consciente de la necesidad de un “nuevo aire” basado en la participación activa y en una fluida relación con las instituciones.
Para ello se ha arropado de una junta directiva formada por quince personas, cada una de ellas en representación de un barrio identificativo de la ciudad, con el objetivo de canalizar las demandas e inquietudes ciudadanas, de manera que la administración -léase Ayuntamiento, pero también Junta de Andalucía- esté al día con las necesidades vecinales. Su objetivo, siempre, pasa por “facilitar la gestión pública” y por contribuir a un “proyecto de ciudad” en el que la prestación de los servicios públicos estén “a la altura de Jerez”, y estableciendo sus prioridades en el ámbito de la sanidad, el medio ambiente, las infraestructuras, el urbanismo y el empleo. “Somos reivindicativos. Somos luchadores”, subraya Cazorla, vinculado al movimiento asociativo desde el año 1979, que espera unas relaciones fluidas con el Gobierno local para contribuir entre todos a mejorar la situación de la ciudad.
“Desde la Federación siempre se ha tenido un reconocimiento a todos los efectos. Somos importantes; no por el ego, sino porque canalizamos las situaciones puntuales de las necesidades de cada barrio, y eso hace que tengamos ilusiones y que hagamos tener ilusiones a esas barriadas”, resalta el nuevo presidente y mano derecha de su predecesor, el añorado Sebastián Peña.
“Sebastián nos hizo ver nuestra responsabilidad. Encendió una antorcha de respeto, de acercamiento, de pluralismo, de compañerismo. Nos hizo ver que tenemos que seguir en la lucha, y cuando una persona te hace ver las líneas maestras de seguir adelante y que no lo dejemos, ves que llega el momento en que dices tengo que seguir adelante, esto es importante. Darse a los demás es conseguir objetivos deseados, crear asociacionismo”. Ese es el principal motivo por el que ha decidido asumir un relevo en el que considera prioritaria una labor que se basa en “la forma de hacer ver a las administraciones que tienen que estar en el día a día de las necesidades de los vecinos”.
Es ahí donde remarca el concepto de “aire nuevo” que ya empleó en su discurso de toma de posesión en presencia de la alcaldesa, Mamen Sánchez. Así, al hablar de “un aire nuevo”, se refiere a “una sensibilidad de todos los miembros para que se aglutinen en torno a este proyecto de ciudad que queremos trasladar a las administraciones, con las necesidades en materia de sanidad, de trabajo, de infraestructuras, urbanismo, medio ambiente… Hasta hacer ver a la administración que somos importantes, y queremos facilitarle la labor de todo lo que hay que hacer por esta ciudad”.
En este sentido, insiste en que en su contacto con el Gobierno local “nosotros siempre le hemos hablado de hacer un proyecto de ciudad sobre lo que se puede mejorar desde el Ayuntamiento, pero sobre todo lo que queremos es que la relación con el ayuntamiento sea lo más fluida posible. Hemos tenido una relación de apertura, pero no en la medida que deberían. Se debe contar más con el movimiento asociativo a través de la federación. Lo hemos querido hacer ver con la nueva junta directiva, aglutinando experiencias para las aportaciones que se pueden hacer”, relata.
A este respecto, considera que “se están haciendo muchas cosas desde el Ayuntamiento. Algunas aceptadas por los vecinos, y otras no tanto, pero en líneas generales lo que le pedimos es que nos tengan en cuenta”. Antonio Ramos, vicepresidente, apostilla que los consejos de participación “sí funcionan a nivel de distritos, pero todo es mejorable. El gobierno sabe que a través de Solidaridad es como pueden funcionar ellos, porque estamos vigilantes de todo lo que hacen”.
“Ellos no tienen los medios para saber la cantidad de necesidades que existen en los barrios de Jerez -prosigue Cazorla-, y todo radica en si somos o no reivindicadores para decirles que sin nosotros no se consiguen las cosas”. Y pone ejemplos como el del edificio de radioterapia, o el de la ampliación del mapa sanitario de la ciudad, o el de las mejoras en la A-2003. José Saborido, vocal de la nueva junta directiva, incide, dentro de las prioridades actuales, en temas como el empleo, la falta de programas formativos en la ciudad, o la necesidad de mejorar el servicios de autobuses, y, por supuesto, de cerrar de una vez en anillo de la circunvalación interna a través de la Ronda Sur. Sin olvidar el incivismo de muchos dueños de mascotas o su preocupación por el incremento de casos de malos tratos. Y, como insisten, todo depende de más medios humanos y mejores servicios públicos, que son los que reclaman desde ya para Jerez.
35 años de representación del movimiento vecinal en Jerez
La Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad se fundó en 1987 y surgió a iniciativa de varios colectivos vecinales y bajo el liderazgo de personas con un gran bagaje social detrás, caso de Sebastián González y Manuel Luis Martín. Por entonces, relata José Saborido, “había ya más de veinte asociaciones, en Jerez, y tras muchas reuniones, se llegó a la conclusión de la necesidad de crear una federación que fuera más allá de preocuparse por que hubiese luz en las calles o se reparasen las aceras, sino de abarcara muchas cuestiones que afectaban a los ciudadanos a nivel de todo Jerez”. Cuando se constituyó comenzó integrada por 26 asociaciones vecinales; en la actualidad hay en torno a unas 40. Desde entonces ha tomado parte en numerosos frentes, como el desdoble de la N-IV, la lucha contra la instalación de antenas de telefonía, el tema del catastro y, muy especialmente, las reivindicaciones en materia sanitaria.
