La declaración de impacto ambiental negativa, consultada por Europa Press, recuerda que el promotor de la ampliación justificaba su necesidad en que la demanda de actividades náutico deportivas y de recreo supera las disponibilidades de las infraestructuras actuales del puerto, y también por el aumento del tráfico de pasajeros y vehículos en la travesía Tarifa-Tánger.
Se plantearon varias alternativas, decantándose inicialmente por la que permitiría "una satisfactoria renovación hídrica entre el puerto y la isla de Las Palomas y su istmo y que no obligaría a los buques a tener su entrada dentro de los límites del Parque Natural del Estrecho".
Para la alternativa elegida, los dragados a realizar presentaban un volumen de aproximadamente 170.000 metros cúbicos. De ellos, 28.000 metros cúbicos correspondían a sedimentos y el resto a fondo rocoso. Para su ejecución se usarían medios mecánicos de gran potencia y voladuras. El material resultante no sería vertido al mar, sino que sería usado para la generación de las explanadas portuarias.
Además de los dragados, las principales unidades de obra del proyecto eran 263.000 metros cúbicos de hormigón, 12.000 toneladas de acero, 312.000 metros cúbicos de escolleras y 885.000 metros cúbicos de rellenos. Las instalaciones auxiliares para la realización de tareas complementarias se realizarían en los terrenos portuarios y en los propios rellenos y explanadas conforme se fueran realizando.
SOBRE EL PROCESO
En junio de 2006, Puertos del Estado envió una memoria resumen del proyecto y, previo a que el promotor realizase el estudio de impacto ambiental, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental consultó a 21 organismos e instituciones previsiblemente afectadas y expertos.
De las respuestas recibidas, resalta las posibles afecciones a espacios de la Red Natura 2000, los efectos sobre la calidad de las aguas, los impactos potenciales por la alteración de la dinámica litoral, efectos sobre los caladeros de la zona, sobre especies protegidas o en peligro de extinción, o los impactos derivados del incremento del tráfico marítimo, entre otros.
El proyecto original y el estudio de impacto ambiental fueron sometidos por la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras (APBA) a información pública y consultas. Entre otros organismos, la Dirección General para la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente observó "importantes carencias", también la Dirección General de Costas, que no encontraba justificada la necesidad de ampliación.
Por parte de la Junta de Andalucía presentaron sus objeciones la Delegación Provincial de Medio Ambiente de la Junta en Cádiz, el gabinete de Planificación de la Dirección General de la Red de Espacios Naturales Protegidos y Servicios Ambientales, la Dirección General de Pesca y Agricultura, el Centro de Arqueología Subacuática o la Delegación Provincial de Cultura de la Junta en Cádiz.
Recibido el expediente, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental solicitó en octubre de 2008 la ampliación del estudio de impacto ambiental con más información sobre el proyecto y la caracterización de los impactos. En enero de 2009, el promotor pidió mayor detalle sobre las carencias del estudio que debían de ser solventadas. En consecuencia, la APBA elaboró una adenda al estudio de impacto ambiental y un nuevo proyecto, que volvió a someter a información pública y consultas en mayo de 2010.
CONCLUSIÓN
Analizados los resultados de la información pública del proyecto final y de la adenda, así como la respuesta del promotor a los aspectos ambientales planteados durante los dos procesos de información pública y consultas, junto con la información aportada en el estudio ambiental y su adenda, la conclusión de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental es informar desfavorablemente la declaración de impacto ambiental.
Señala que el promotor no ha aportado información sobre determinadas acciones del proyecto que pudieran tener impactos ambientales significativos, como las relacionadas con la obtención de los materiales de préstamo u otros aspectos como la realización de voladuras y las características de las mismas.
No se han evaluado algunos impactos "potencialmente significativos" como las afecciones a la población por ruido o contaminación atmosférica. Ve, además, que el proyecto supondrá la ocupación de la plataforma de abrasión de La Caleta, zona de "elevada diversidad biológica" con la presencia de varias especies protegidas. Además supondrá la "afección directa" sobre la especie en peligro de extinción 'Patella ferruginea'.
Considera que la ejecución del proyecto supone un riesgo sobre algunos valores del Parque Natural del Estrecho debido a la posibilidad de afección por "posibles eventos de contaminación marina a las comunidades biológicas presentes en la isla de Tarifa, las afecciones a cetáceos por la posibilidad de un incremento de colisiones y de contaminación acústica debido al aumento del tráfico y las nuevas rutas marítimas, el incremento del riesgo de afecciones a las aves marinas por posibles accidentes y vertido de contaminantes, o la imposibilidad de descartar impactos sobre otras especies protegidas como las tortugas marinas, debido a la ausencia de información".
Por lo tanto, el proyecto previsiblemente causará "efectos negativos significativos sobre el medio ambiente", considerándose que las medidas previstas por el promotor "no son una garantía suficiente" de su completa corrección o su adecuada compensación.