Al respecto, el responsable de ACMA destacó que, “como consecuencia del fuerte viento, 14 coches fueron aplastados por la estructura metálica de cerramiento del parking, trasladando ésta del primero al tercer patio”.
Por la rotura de la estructura, que “data de hace once años”, algunos “cayeron sobre algunos los coches las vigas, que los rompieron por la mitad, además de arrancar parte de la pared de hormigón, como si fuese de papel”.
Y es que, según González, “calculamos que, en la parte superior de los aparcamientos el viento llegó a alcanzar los 160 kilómetros por hora, por lo que se hacía totalmente imposible poder salir de la cabina”.
Ahora, los responsables de la asociación gestionan “pólizas en los bancos, mediante préstamos a interés bajo”.
Además, ACMA “cuenta con un seguro de responsabilidad civil, de 300.000 euros por siniestro, que esperamos cubra los daños ocasionados en los 14 vehículos”.
Estas deficiencias vienen a sumarse a las dificultades económicas que atraviesa la asociación, para hacer frente a los gastos de mantenimiento de los aparcamientos Minfis, “donde trabajan seis personas discapacitadas”.
Además, “tenemos serias dificultades, no sólo para pagar a los trabajadores, sino también los impuestos, y los 8.000 euros anuales por impuesto de carruaje, junto al IVA y al impuesto de la actividad”. Mientras, añadió José González, “las subvenciones vienen largo, tarde y mal”.
Por último, González denunció la eliminación, con motivo de las obras de asfaltado realizadas en las inmediaciones, de la señalización de dos rampas de minusválidos existentes, lo que ha ocasionado ya un atropello”. Además, los vehículos “estacionan en las entradas del aparcamiento, porque también el letrero se lo llevó el viento”.