Los materiales didácticos creados para el proyecto tendrán a la golondrina común como protagonista y se impartirán en 36 centros educativos
Cepsa y la Fundación Migres colaboran en un proyecto educativo innovador que consiste en la creación de materiales didácticos para facilitar la enseñanza del cambio climático en las aulas. Coincidiendo con el inicio del curso escolar, el proyecto se pone en marcha en 36 centros de enseñanza de la comarca del Campo de Gibraltar y de la provincia de Cádiz.
El proyecto se iniciará con la formación del profesorado para que, posteriormente, los profesionales de la enseñanza trabajen con sus alumnos, contribuyan a su desarrollo integral utilizando las aves como maestros de apoyo y promuevan el respeto por el medio ambiente y el patrimonio natural, en coincidencia con los objetivos de Cepsa y de la Fundación Migres y de sus políticas de responsabilidad social en esta área.
Este ambicioso proyecto implica atender, mediante el estudio del cambio global y de las aves y su biología, a las capacidades intelectuales de los alumnos, así como a sus capacidades afectivas, motrices, de relación interpersonal y de inserción y actuación social.
Los materiales didácticos utilizarán como protagonista una especie familiar para los estudiantes, la golondrina común, simulando y describiendo su viaje migratorio desde su lugar de reproducción y cría en el Campo de Gibraltar hasta el humedal de Gambia donde pasa el invierno. Estos materiales se imprimirán en papel y, además, estarán disponibles de manera abierta en formato pdf en las páginas web de Fundación Migres y de Cepsa.
De modo asequible pero riguroso, en estos textos se narra el fenómeno de las migraciones de las aves y las implicaciones del cambio global, adaptando a su nivel la información científica de mayor rigor y actualidad para que los alumnos puedan conocer los efectos que el calentamiento global puede conllevar sobre la ecología de la migración y para millones de aves.
El cambio climático y las aves
El clima de la Tierra está cambiando a una velocidad que no se había producido con anterioridad en la historia de nuestro planeta. Los cambios migratorios de las aves, por ejemplo, se están produciendo con sorprendente rapidez: a escala evolutiva, estas alteraciones se producían de forma natural en periodos dilatados de tiempo –siglos e incluso milenios- y actualmente están teniendo lugar en decenios.
En esta situación es difícil predecir el efecto que el cambio climático tendrá sobre la distribución de animales y plantas, aunque parece evidente que este es el factor que más va a afectar a los ecosistemas terrestres, la economía y las sociedades humanas en las próximas décadas.