No sé si la calor nos agobiará, aunque en el último fin de semana nos ha dado un respiro. Un respiro que ha sido un respingo para los propietarios de los chiringuitos de la zona costera, que vieron cómo el sábado las playas se quedaban prácticamente vacías con ese viento de Poniente tan molesto y hasta con algo de frío, aunque aquí, ya saben, frío o fresquito le llamamos a cualquier cosa. Lo que sí creo es que el verano va a ser caliente en lo social, en lo económico, en lo laboral.
El último día del mes ya ido desayunamos con la subida de la tasa de la basura. Y también con acuerdos gubernamentales por los que subirán las tarifas de la electricidad, del gas natural y del gas butano. Y se anuncia el del IVA.
Dicen que no en la proporción que se sugería, pero se subirá, con lo que queda claro que si ahora vas a la compra y te dejas ciento ochenta euros en la caja, cuando vayas la próxima semana te vas dejar doscientos. Veinte euros más, y no sé cuántos más en el butano y no sé cuántos más en la electricidad y en la basura y hasta te saldrá más caro la canaria que quieres comprarle a Antonio para que se empareje con el canario. Y los sueldos seguirán igual, o a la baja que me dice algún que otro funcionario. Y así cómo se puede vivir.
Y sin vivir estarán los compañeros de Onda Jerez, que ya saben de forma oficial que la plantilla va a ser esquilmada en un sesenta por ciento. Y sin vivir estarán los empleados municipales a la espera de que salga la lista de los afectados por el ere. Y sin vivir estarán los jerezanos de muchas empresas de nuestra ciudad que trabajan a diario pero que, a final de mes, no cobran. Y sin vivir estarán aquellos que saben ya de recortes en sus empresas, que no solo los empleados municipales son los afectados en este verano que se presenta muy calentito y es que si los autónomos aumentan, los fijos o los indefnidos disminuyen y, a todo esto, que Germán Fonteseca, compañero y amigo, ya se despertó ayer en Cepeda de la Sierra. Quizá muchos estén pensando también en recluirse en cuarteles de invierno para preparar lo que puede venir, que parece que no es poco y no especialmente bueno para los bolsillos menos pudientes