El PSOE-A de Jerez escenificó ayer un nuevo capítulo de la fractura interna que le caracteriza desde hace ya muchos años a raíz de la dimisión de su presidenta, Cristina Díaz-Pines, y de otros siete miembros de su ejecutiva. En el escrito remitido al partido, justifican las dimisiones en el “incumplimiento” de los objetivos del programa trazado en la asamblea celebrada en septiembre de 2012.
Los firmantes de la dimisión entienden que la actual ejecutiva “representa una herencia de una manera de hacer las cosas que fue rechazada” por los jerezanos en las municipales de 2011, cuando el PSOE-A pasó de 15 a 5 concejales.
Así, entienden que el partido sigue estando caracterizado por el “sectarismo” y el “amiguismo”, algo que a juicio de los denunciantes se produce con “el beneplácito” de la secretaria general, Miriam Alconchel.
Existe de hecho un “interés implícito” en que “sólo una parte de la ejecutiva participe o sea visualizada por la sociedad”, lo que “dificulta” que el trabajo de la ejecutiva se sustente en una “labor de equipo”.
Al margen de ello, la actividad del grupo municipal socialista “usurpa el protagonismo” de la ejecutiva local, manteniendo una actitud “oscurantista respecto a sus tareas y sus recursos” y “no existiendo una auténtica comunicación” con el partido.
A estos ocho militantes les parece “improcedente” la actitud de Alconchel en la asamblea de abril, donde “con su discurso y actitud no propició la unidad de la ejecutiva sino que acusó al secretario de Administración de actuar al margen de la misma al elaborar un informe económico que ella misma se comprometió” a realizar.
Agujero económico
Precisamente como consecuencia de ese informe se conocieron datos “escalofriantes” de “despilfarro de dinero público”, considerándose que esas cuentas “deben estar claras” para la militancia y la ciudadanía, que “no toleran esos dispendios”.
Sobre este asunto, estos miembros de la ejecutiva entienden que el partido “está dilatando” los tiempos para que el asunto “agonice y se olvide”, algo con lo que no están “de acuerdo”. Conviene recordar que ese informe alertó de la existencia de un agujero económico de unos 600.000 euros.
En el escrito se lamenta igualmente que la sede siga siendo “de todo menos la casa del pueblo”, convirtiéndose en un lugar en el que “la mayoría de los militantes no se sienten a gusto”, tal y como prueba el hecho de que cuando se programan actividades la asistencia “es escasa”.
El PSOE-A de Jerez, a través de un comunicado, expresó su “total respeto” a la decisión adoptada por “un grupo de miembros” de su comisión ejecutiva local, al tiempo que eludió pronunciarse “sobre decisiones de carácter interno que afectan sólo y exclusivamente a la vida interna del partido”. Desde el PSOE-A se aclara que estas dimisiones “no sorprenden teniendo en cuenta el distanciamiento que este grupo de personas habían mostrado hacia los órganos del partido a nivel local, provincial e incluso regional y federal”.
En el comunicado de prensa se apunta además que estos militantes venían “poniendo en duda decisiones de carácter político de manera pública, sin respetar los medios democráticos de los que dispone esta organización política para que tanto sus representantes como la militancia expresen libremente su opinión y sus discrepancias”.