Manolo me hizo comprender que el arte está hecho para ser sentido y no para ser comprendido. Y eso, decía, no puede explicarse
Conocía a Manolo Daza desde… bueno, desde casi toda la vida al igual que miles de jerezanos y jerezanas que tuvieron la gran fortuna de compartir aula con él y recibir sus sabios consejos en Magisterio, o en los Marianistas o en tantos y tantoscentros de enseñanza donde impartió sus magistrales clases durante décadas. Manolo fue uno de los primeros jerezanos que completó sus estudios superiores en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Y todo ese saber lo supo transmitir a sus alumnos con una didáctica única. Como buen profesor de dibujo, Manolo me hizo comprender que el arte está hecho para ser sentido y no para ser comprendido. Que un buen cuadro es aquel en el que te paras sin saber porqué, y lo miras, y te adentras en él y te llega a lo más profundo. Y eso, decía, no puede explicarse. Que la técnica es importante, fundamental, pero que hay algo más que únicamente unos pocos saben transmitir. Y bien que lo sabía, porque su apellido ha sido, es y será un “referente artístico e imprescindible en esta ciudad”, como bien señala mi buen amigo y crítico de arte, Bernardo Palomo. Y es que aún recuerdo el saludo y la sonrisa del desaparecido Paco Daza a las puertas de su galería de la calle Tornería, mientras me invitaba a pasar a ver su última exposición. O la del recordado Rodrigo, dando el último retoque al dorado paso de la Amargura. Si a todo esto, se le suma el profundo cariño que desde siempre le he tenido a Manolo y que comparto con su mujer, Margot y con toda su familia, es por lo que la noticia de su fallecimiento me ha provocado un hondo pesar que ahora deseo compartir con todos ustedes. Y es que Manolo era, como diría Machado, “un hombre en el buen sentido de la palabra, bueno”. Por falta de tiempo aún no había podido acercarme a ver la exposición de sus obras que muestra la galería Fedarte hasta el próximo día 11, en la calle San Pablo y que regentan Raquel y su hijo Jose. Un recorrido visual por la historia de un hombre que hizo de su profesión, su vida. Descanse en paz, Don Manuel Daza Gallego.