El Córdoba B llegará a La Granja pendiente del primer equipo

Aún ganando su partido de Las Palmas, el Córdoba podría descender este domingo a Segunda División B, con una crisis económica importante -los jugadores y el cuerpo técnico llevan tres meses sin cobrar- y con el futuro pendiente de hacer frente a los impagos y de asumir la deuda que mantiene en distintos frentes, aunque con la confianza de que el dinero por la pérdida de la categoría le privará de un descenso administrativo. Es algo que se debe recordar porque también en la temporada de su descenso a Segunda División B el Xerez CD contaba con ese dinero, que le pertenecía, y que desde la Liga de Fútbol Profesional le negaron y le condenaron al descenso a Tercera División. En Córdoba entienden que allí no pasará eso.
Y pendiente del primer equipo y de lo que le ocurra llegará el sábado, a las 19.30 horas y en La Granja, el Córdoba B a jugar su partido ante el Xerez CD. Con 70 puntos es una quimera pensar que podría meterse aún en zona de promoción y, además, de meterse lo más probable es que renunciase porque sería un costo añadido a cambio de nada porque, lógicamente, el equipo no podía en ningún caso ascender.
En principio si no hay descenso administrativo, el filial cordobesista seguirá una temporada más en Tercera División, a no ser que desde la cúpula dirigente se estime conveniente ir ahorrando a costa de la cantera, que es algo que ha sucedido también en entidades en similares circunstancias. Como quiera que sea los de Marrero han hecho un temporadón, han estado muchas jornadas metidos entre los cuatro primeros y tras un bajón, algo normal en una entidad con tantos inconvenientes institucionales y económicos, se ha vuelto a recuperar y ha enjaretado una serie de triunfos consecutivos.
Por tanto se presume un partido bonito este sábado en La Granja, con oferta especial para los socios a la hora de poder sacar entradas para sus amistades o familiares y se espera una presencia de espectadores para despedir oficialmente a la plantilla de esta campaña con la ovación que se merece.