Unicaja entra en su
semana definitiva para saber cómo se resolverá el ERE de la entidad rechazado por la toda la representación de los trabajadores, con tres reuniones pendientes y pocas expectativas de acuerdo. Tras casi un mes de reuniones del periodo formal, con protestas en la calle y una huelga con un 95% de seguimiento, las contrapropuestas realizadas por la entidad siguen sin convencer a los sindicatos que rechazan los más de 1.500 despidos previstos y el cierre masivo de oficinas.
El plazo para llegar a un acuerdo sobre el ERE finaliza, en principio, el 3 de diciembre, fecha en que, por la reforma laboral del PP, prevalece, sea o no justa, esté o no aceptada por los trabajadores, lo que la empresa disponga. A las dos reuniones de la mesa negociadora convocadas hasta el momento los días 1 y 2 de diciembre,
se ha añadido una nueva cita este lunes.
Protestas y espera
Tras dos jornadas de protestas en las calles a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, con especial seguimiento en Málaga, y una huelga con un seguimiento masivo en Andalucía (del 95%); en Castilla y León (mismo porcentaje), y un 98% en Valencia, y que de media consiguió paralizar el 93% de la actividad,
las nuevas reuniones se antojan decisivas, sobre todo, después de que los sindicatos hayan señalado a la Fundación Unicaja, accionista mayoritaria, y a su presidente, Braulio Medel, para que no se lleven a cabo los despidos y cierres puestos sobre la mesa.
Tanto es así que hasta
la Junta de Andalucía ha tomado ahora partido en el asunto, ya que el presidente regional, Juanma Moreno, trasladó tras la jornada de huelga del viernes, el desacuerdo del ejecutivo andaluz ante la posible salida de la sede social de Unicaja Banco de Málaga ante lo que indicó que será “contundentemente beligerante” y que “utilizará los instrumentos que tengamos a nuestro alcance para que no se produzca”. Otra cosa son los despidos.
También el
Ayuntamiento de Málaga se sumó a los rechazos ya que el pleno del pasado viernes aprobó una moción institucional en la que todos los gropos políticos reclamaron que se mantenga “el máximo empleo posible”. Un texto que también solicita que la nueva Unicaja -quinto banco del país tras la fusión con Liberbank- cumpla el compromiso de mantener en la capital malagueña su sede central.
Plataforma de apoyo
Mientras tanto, una plataforma ciudadana con el lema Salvemos Unicaja se ha constituido en Málaga con el objetivo de garantizar la vinculación territorial de Unicaja Banco a la ciudad,
evitar su “desmantelamiento” y reforzar su vertiente social. Uno de sus impulsores es el profesor de Derecho de la Universidad de Málaga y exportavoz del grupo municipal de IU, Pedro Moreno Brenes, quien difundió en redes sociales un manifiesto donde anima a todos los colectivos a sumarse a la misma. Moreno Brenes explicó a Efe que el “objetivo” es “conseguir la dimisión” del presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, a quien se culpa en el manifiesto de entregar Unicaja a los dirigentes de Liberbank, que “ya dominan la mayor parte de la gestión del banco fusionado”.
En el escrito, señala que desde hace mucho tiempo tenían “gran preocupación” respecto y serios temores sobre maniobras torticeras para supeditar los intereses generales de la economía de Málaga y su músculo financiero” a los de
“algunos que han gestionado el banco como si fuera un cortijo”. Relatan que en 2017, con la salida a bolsa de la entidad, “existió un peligro real” de que un banco de gran envergadura “entrara a saco y en poco tiempo se diluyera en el entramado de su nuevo dueño”. “Por fortuna, el señor Medel no logró vender Unicaja al Santander para garantizarse un puesto en el consejo de administración de uno de 'los grandes'”, indica el manifiesto. También califica de “inadmisible” que tras los requerimientos del Banco de España sobre la eventual ilegalidad en la percepción de retribuciones por parte de Medel en representación del banco, la misma Junta de Andalucía archivara el expediente abierto.