La huelga de la limpieza en Málaga entra en el camino de la negociación, que podría acabar con la protesta en las próximas horas. Al cierre de esta edición, el Ayuntamiento y trabajadores seguían negociando sin avanzar ningún extremo. Tan sólo el comité reconoció un acercamiento y el deseo de seguir hablando.
La del domingo fue una jornada maratoniana de reuniones que se inició cerca de las diez de la mañana y culminó de madrugada. El presidente del comité, Manuel Belmonte, anunciaba una aproximaciónde posturas pasadas las nueve de la noche. El hecho de no abandonar la mesa para preparar los servicios mínimos del turno de noche anticipaba la posibilidad de un acuerdo, aunque la última palabra la tendrá la asamblea de trabajadores.
El gran escollo de las últimas horas ha sido el abono de la paga de productividad, un concepto que engloba aspectos salariales como la revisión del IPC eliminado en los últimos tres años. Aspectos como disfrutar de gran parte de las vacaciones en verano -no al completo, como pedían los trabajadores- o no trabajar los sábados se habían desbloqueado a lo largo del día.
La última propuesta del Ayuntamieto pasaba por aceptar el pago de este concepto en este año, con una única cuantía de 500 euros a abonar en el mes de mayo y ampliable hasta los 867 euros para 2017. La eliminación de que estos abonos no estén ligados al absentismo ha sido una de las claves para mantener abierta la negociación.
Las presiones de colectivos ciudadanos como los hosteleros, que venían exigiendo en los últimos días un esfuerzo para acabar con la imagen de suciedad y abandono en que está inmersa la ciudad a sólo unos días del comienzo de la Semana Santa, han hecho mella en las dos partes. Los trabajadores se quejaron ayer de la imagen que su protesta estaba dejando en la ciudad y responsabilizaron al alcalde.