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Lunes 18/11/2024
 

Matrícula de deshonor

Conquero

Aún recuerdo la primera vez que observé -no sin lágrimas en los ojos- cómo se calcinaba nuestro balcón más preciado

Publicado: 13/07/2021 ·
11:00
· Actualizado: 13/07/2021 · 11:00
  • Incendio en el Conquero. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Fueron tristes los momentos vividos el pasado jueves en el Conquero de Huelva, donde unas 14 hectáreas fueron calcinadas, supuestamente por un piromano que viene ‘ofreciendo candela’ desde hace más de una década y que aún no se ha logrado identificar. Volver a incidir en este tema es redundante, pero cuando hablamos de un patrimonio tan importante como el Conquero, así como las vidas que se podrían haber perdido, no me importa pecar de pesado y volver a incidir en los motivos por los que Huelva huele a quemado y se llena de humo cada verano.   

Aún recuerdo la primera vez que observé -no sin lágrimas en los ojos- cómo se calcinaba nuestro balcón más preciado. Las llamas alcanzaron los 10 metros de altura y los bomberos se dejaron la piel para evitar que Mandala y Arrabales -los más perjudicados- acabaran en cenizas. Desde aquel 2008, si no recuerdo mal, todos los veranos observamos con mucha atención las laderas para adelantarnos a las malas artimañas de los supuestos pirómanos, que más de una vez hemos perseguido entre los caminos cubiertos de llamas y humos sin resultado alguno.

Desde nuestra posición, con una visión amplia de gran parte del terreno, hemos servido de vigía en los largos meses que dura el tiempo estival observando y protegiendo este espacio en el que la maleza, el pasto y la basura van generando día a día ese cultivo ideal para que los incendiarios den rienda suelta a sus mentes perturbadas. Este año le ha vuelto a tocar a la Asociación Arrabales, de la que soy director terapéutico desde 2002. Son ya 19 años al frente de una entidad humilde que con muchas dificultades ha ido adecuando una vivienda a las necesidades de sus pacientes invirtiendo gran parte de los recursos para que nos encontremos a merced de cuatro desalmados sin que exista un planteamiento serio que dificulte estas situaciones ya muy habituales en esta época.

Al igual que hacemos en los alrededores de Arrabales cada cierto tiempo, los responsables deberían crear líneas de trabajo y de desbroce más a menudo, así como la limpieza de las laderas, que se están convirtiendo en un vertedero para muchos incisivos de esta ciudad. Las necesidades para evitar tales desastres son claras y concretas y ya se han aprobado mociones, se han estructurado planes de actuación y existen centenares de ideas que siguen sin estar operativas. Cortafuegos, cámaras de seguridad, detectores de humos, bocas de incendios, caminos más adecuados para bomberos, desbroces y podas, limpieza más exhaustiva de laderas, controladores o seguridad de las zonas, etc., entre muchas otras alternativas que particularmente he lanzado desde mi experiencia sin ningún resultado. Ni una sola se ha puesto en marcha. La realidad sigue siendo la misma: una despreocupación y el abandono -con todo lo que eso conlleva- de nuestro preciado Conquero, que muestra cada verano su cara más amarga y el miedo en ese triste y negro manto que sólo se puede evitar en invierno.

 

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