El balance oficial de víctimas mortales por el paso del tifón 'Yolanda' por el centro de Filipinas se aproxima ya a las 2.000, según el último dato ofrecido este lunes por el Centro Nacional para la Gestión y la Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC). Entretanto, el presidente del país, Benigno Aquino, ha declarado el estado de calamidad nacional.
Según ha indicado el portavoz de este organismo, Rey Balido, hasta el momento se han contabilizado 1.774 víctimas mortales --frente a las 255 que había censadas hasta las 6:00 horas de hoy-- en todo el país, 1.660 de las cuales se han producido sólo en las Bisayas Orientales.
Además, 2.487 personas han resultado heridas y otras 82 permanecen desaparecidas, ha precisado el portavoz. 'Yolanda', considerado el cuarto tifón más potente de la historia, ha afectado a casi diez millones de personas en 471 localidades y 51 ciudades de 41 provincias del país.
Más de 430.000 personas han buscado refugio en centros de evacuación temporal, muchos de los cuales también se vieron dañados por el paso del tifón, según el NDRRMC, que ha aclarado que sus cifras se basan en datos confirmados sobre el terreno. El sábado, un responsable policial había hablado de hasta 10.000 posibles víctimas solo en Leyte.
ESTADO DE CALAMIDAD NACIONAL
Por otra parte, el presidente Benigno Aquino ha declarado este lunes el estado de calamidad nacional tras los devastadores efectos que ha dejado a su paso por el centro del país el tifón 'Yolanda' durante un discurso televisado a la nación tras visitar ayer las zonas más devastadas.
El presidente ha explicado que ha tomado esta decisión con el objetivo de acelerar las labores de rescate y de ayuda de emergencia a la población afectada, al tiempo que ha reconocido que la preparación y organización de estas tareas no está siendo fácil.
La declaración del estado de calamidad nacional permitirá al Gobierno, entre otras cosas, fijar un techo en los precios en los bienes de primera necesidad y vigilar que no se cometan abusos en las ventas de este tipo de bienes así como medicinas y combustible; desbloquear fondos para proceder a reparar infraestructuras e instalaciones dañadas; o conceder préstamos sin intereses a los más afectados mediante cooperativas o organizaciones populares.
Aquino ha anunciado su decisión después de que este lunes un grupo de parlamentarios se hubieran solicitado que declarara el estado de calamidad nacional para poder ayudar a las víctimas y evitar abusos con los precios de los bienes de primera necesidad, después de los saqueos que ha habido en algunas zonas.
SAQUEOS
A este respecto, el portavoz presidencial, Edwin Lacierda, había instado este lunes a los filipinos a mantener la calma y no aprovecharse de la situación. "Este es un momento en el que todos los filipinos deberían unirse, ayudarse entre sí, y no un momento en el que aprovecharse de la miseria en que ha quedado sumidas las zonas afectadas en las Bisayas Orientales", ha defendido.
Por su parte, la ministra de Justicia, Leila de Lima, ha prometido que se aplicará la ley a los que están procediendo a saqueos aprovechando el caos reinante, principalmente en la ciudad de Tacloban, capital de Leyte y una de las más afectadas.
El Gobierno está empleando un "puño de hierro" contra los saqueadores pero, ha admitido en un mensaje de texto enviado a los periodistas, "aplicar estrictamente las leyes, incluidas las leyes penales sobre saqueo, durante momentos extraordinarios como estos de calamidad, es más fácil decirlo que hacerlo".
REFUERZOS DE EJÉRCITO Y POLICÍA
Así las cosas, tanto el Ejército como la Policía han anunciado el envío de refuerzos a las zonas afectadas. El Ejército ha enviado dos batallones compuestos por un millar de soldados a la provincia de Leyte, con el fin de ayudar a limpiar las carreteras en torno a la capital provincial, Tacloban.
Los dos batallones ayudarán en las labores de desescombro que está realizando el NDRRMC. "Ahora mismo, lo importante es limpiar las zonas de escombros para que la principal ruta de suministro sea transitable", ha subrayado el portavoz del Ejército, teniente coronel Ramon Zagala. "Una vez se limpie la zona, entonces podremos proceder tranquilamente al transporte de los bienes y la asistencia necesaria a las zonas afectadas", ha añadido.
Según el portavoz, "la prioridad es llegar a las zonas aisladas" lo antes posible con el fin de hacer llegar la ayuda. Los dos batallones, integrados por unos 500 hombres cada uno, también ayudarán a restablecer la ley y el orden en las zonas afectadas.
Por su parte, el director de la Policía, el general Alan Purisima, ha precisado que se enviarán 883 agentes a las regiones de Bisayas Occidentales y Orientales, las más afectadas por el tifón. En concreto, 639 serán destinados a Tacloban.
"Inundaremos Tacloban con policías para restaurar la ley y el orden", ha asegurado el jefe de la Policía, según informa el portal 'Inquirer'. "Estamos revisando la ciudad palmo a palmo. Aseguramos a la población de que el Gobierno tendrá control total. Los agentes desplegados allí harán que se sienta su presencia", ha prometido.
En todo caso, ha aclarado que ahora mismo la prioridad no es detener a los saqueadores, ya que los agentes están centrados en la búsqueda de supervivientes y víctimas y en la distribución de ayuda. "Si los detenemos, ¿vamos a ponerlos bajo custodia?", se ha preguntado, subrayando que la oficina del fiscal en Tacloban "también está dañada" y no está claro "si podríamos presentar cargos contra ellos inmediatamente".