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PSOE y PP reforzarán el control de asistencia de sus diputados a los plenos

La aparente fragilidad de la mayoría socialista en el Congreso, amenazada por la falta de apoyos sólidos, y el horizonte que se le abre al PP, que ve muy cerca la posibilidad de que sus iniciativas salgan adelante, ha provocado que ambos grupos refuercen el control de asistencia de sus diputados.

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La aparente fragilidad de la mayoría socialista en el Congreso, amenazada por la falta de apoyos sólidos, y el horizonte que se le abre al PP, que ve muy cerca la posibilidad de que sus iniciativas salgan adelante, ha provocado que ambos grupos refuercen el control de asistencia de sus diputados. 

Seis parlamentarios tienen la culpa de que la dirección del grupo popular se muestre a partir de ahora más severa en la concesión de los permisos de ausencia de los plenos, tal y como constató este viernes su secretario general, José Luis Ayllón. 

Seis diputados que se ausentaron del hemiciclo el martes pasado cuando más falta hacían, cuando llegó el momento de votar los puntos de una moción de los populares sobre la reactivación del sector de la automoción: el PP perdió uno de esos puntos por tres votos, así que si hubieran estado los ausentes el grupo popular se habría anotado una pequeña victoria más. 

El presidente del partido, Mariano Rajoy, era uno de los que no estaba en su escaño, pero en su descargo figura que hubiera pedido permiso, ya que debía asistir a un acto de conmemoración de la Constitución de 1812. 

Tampoco estaba el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque al PSOE no le hizo falta que un diputado más pulsara el botón del “sí” o el “no” en las votaciones. 

Al término de la sesión la dirección del grupo socialista se enorgullecía de no haberse quedado solo en ninguna de las iniciativas que se sometieron a las votaciones de los diputados, lo que muchos barruntaban que podía ocurrir habida cuenta del distanciamiento del PNV tras las elecciones vascas y de la incógnita que en muchas ocasiones representa CiU.

En cambio, la dirección del grupo popular no disimulaba su enfado por toparse al final de la tarde con la frustración, pues había negociado largamente algunas propuestas con el fin de acorralar al PSOE. 

Por ello, el panorama parlamentario se vislumbra muy variable y tanto el grupo del PSOE como el del PP se verán obligados a partir de ahora a negociar cada iniciativa hasta el final y, obviamente, a poner todos los medios para conseguir que las votaciones no les den la espalda, y eso supone que la disciplina de asistencia será más férrea.

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