El presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución -los servicios de inteligencia en el interior de Alemania-, Hans-Georg Maaßen, advirtió hoy de que el Estado Islámico (EI) está aprovechando los flujos de refugiados para infiltrar en Europa a sus milicianos.
En una entrevista con el dominical "Welt am Sonntag", Maaßen da un giro al discurso oficial mantenido hasta el momento, centrado en desvincular a los refugiados de los terroristas, y reconoce que se había hecho un análisis erróneo del EI al considerar muy improbable que utilizara el camino de los refugiados.
"Pensábamos que el riesgo era demasiado alto", señala Maaßen, quien admite que hay que aprender sobre este grupo terrorista.
"Aunque no habrían necesitado mezclar a su gente entre los refugiados, lo han hecho. Es lo que llamo una demostración de fuerza", apunta.
El responsable de los servicios secretos alerta además de que casi el 70 % de los refugiados que llegan a Alemania no cuentan con un pasaporte válido y son registrados con los datos que ellos mismos proporcionan a las autoridades.
"Me preocupa que tengamos en nuestros bancos de datos información sobre personas peligrosas y que se nos pueda pasar que están entre nosotros porque han viajado con identidades falsas", afirma.
Llama también la atención sobre las actividades de islamistas y salafistas en los centros de refugiados en Alemania, donde buscan nuevos seguidores.
"Hemos contabilizado alrededor de 300 intentos de contactar. Nos preocupan sobre todos los numerosos refugiados menores no acompañados. Ese grupo es un claro objetivo", subraya.
Maaßen advierte de nuevo sobre posibles atentados terroristas en Alemania y recuerda que en la propaganda del Estado Islámico han aparecido nombres de ciudades alemanas citadas junto a París, Londres o Bruselas, aunque no hay ninguna amenaza concreta.
Según los datos que publica el "Welt am Sonntag", las fuerzas alemanas buscan a 76 islamistas potencialmente peligrosos contra los que pesa una orden de detención en el país.
Las autoridades germanas estima que en los últimos años alrededor de 800 personas -150 de ellas en 2015- han viajado desde Alemania a zonas de combate en Siria o el norte de Irak, aunque cada vez hay menos salidas.
Alrededor de un tercio ha regresado a Alemania, 70 de ellos tras haber participado directamente en enfrentamientos o después de haber recibido formación militar.
Las autoridades calculan que en torno a 130 de esos islamistas de origen alemán han muerto en las regiones de combate, 80 sólo en 2015.