El político holandés de extrema derecha Geert Wilders criticó hoy al líder de los liberales, Mark Rutte, por negarse a negociar con él su entrada en el Gobierno y aseguró que éste "se metería con cualquiera en la cama con tal de convertirse en primer ministro".
Wilders, en una entrevista publicada hoy por el periódico "De Telegraaf", arremetió con dureza contra Rutte y lo calificó de "veleta" por sentarse a negociar con formaciones de centro-derecha y de centro-izquierda antes que con el suyo.
El Partido de la Libertad (PVV) de Wilders, que en las elecciones del 15 de marzo se convirtió en la segunda fuerza política de Holanda con 20 escaños, ha sido descartado por la mayoría de los grandes partidos en las negociaciones para formar un nuevo Ejecutivo, situación calificada por el líder de extrema derecha como "auto censura".
No obstante, dijo que las posiciones de los liberales del VVD y los democristianos del CDA en el tema de la inmigración son similares a las suyas, por lo que podría ponerse de acuerdo "en una semana, o quizás en un día" con estos dos partidos para limitarla.
Así mismo, criticó el modelo de negociaciones para formar un nuevo Ejecutivo.
"Holanda es un país de demasiado consenso. Tenemos todo tipo de asociaciones de amas de casa que interfieren la una con la otra", dijo en la entrevista.
Las negociaciones para formar Gobierno han llegado a un impás después de que las conversaciones entre VVD, CDA, D66 (social-liberales) y Groenlinks (ecologistas de izquierdas) encallaran esta semana.
El político de ultraderecha se ofreció para resolver el bloqueo, pero al mismo tiempo aseguró que no cambiará sus posiciones "para ser aceptado por los otros partidos".
"Estoy convencido de que estamos perdiendo nuestro país, estamos capitulando", aseguró, calificando como "policía de la sharia" la propuesta de las autoridades de Amsterdam sobre la posibilidad de incluir en un futuro agentes femeninas con el velo islámico.
Wilders se encuentra este fin de semana en Los Ángeles, Estados Unidos, para dar un discurso a sus simpatizantes.
Preguntado por los primeros meses de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, mantuvo las distancias con él y dijo que éste "no merece una ovación en pie" porque "está haciendo cosas diferentes a las que había prometido", aunque añadió que "con (la candidata demócrata, Hillary) Clinton habría sido peor".
