Tiemble después de haber reído

Menos mal que han detenido a Txeroki, porque si no la digestión de la cumbre mundial de Washington habría sido terrible, primero, por la adversa reacción de las bolsas mundiales, y segundo, aquí en España, por la sucesión de informaciones de un gusto friky, o freaky, o como ustedes quieran escribirlo, sin ir más lejos, el carpetazo del juez Garzón, después de la toda la lata que nos había dado, o la inconcebible historia de la madre Maravillas, que sigo pensando que es un anticipo del Día de los Santos Inocentes, en los que deben de creer Pepe Bono, el PP y algún socialista despistado. Este país, mis queridos amigos, a veces da la impresión de que ha perdido el norte, o por lo menos el sur, porque sólo aquí nos liamos con las polémicas más inverosímiles, mientras que la crisis económica hace estragos y el presidente del Gobierno se desgañita para hacer de España una nación medianamente presentable hacia dentro y hacia fuera. Se la brindo a Rajoy, a Soraya, a González Pons, a Javier Arenas, para que se lean sus propias declaraciones de los últimos días y tiemblen después de haber reído.

Sólo es serio lo del jefazo etarra, aunque lo de poner en el coche de hoy una matrícula de la transición se aproxima también a la moda freaky. Resulta que Nicolás Sarkozy y su Gobierno se están portando con España y el suyo de una manera más que ejemplar, por lo que no comprendo aquella guasa en torno al “pídeme lo que quieras, Nicolás”. Sólo pensando en la cumbre washingtoniana y en la lucha antiterrorista, Zapatero y su Gobierno tienen motivos más que sobrados para estar agradecidísimos al presidente francés y a sus ministros. Mil veces más, por ejemplo, que a Mariano Rajoy y el resto de la real oposición, que hasta anteayer, y quizá hoy mismo, no han hecho otra cosa que zancadillear, torpedear y poner piedras en los engranajes. Acólitos hay del PP a los que no se les ocurre otro comentario a lo de Txeroki que suponer que nos encaminamos, nadie sabe por qué, hacia un nuevo proceso de negociación con la banda terrorista. Y cosas así, mis queridos amigos.