Más de 50 países han limitado las llegadas de viajeros desde el Reino Unido, que este martes ha registrado 36.804 nuevos casos de covid-19
Más de 1.500 transportistas continúan atrapados este martes en cunetas y aparcamientos cercanos al puerto británico de Dover, ante el cerrojazo de Francia al paso de mercancías por el canal de la Mancha para evitar la expansión de una nueva cepa del coronavirus detectada en Inglaterra.
Más de 50 países han limitado las llegadas de viajeros desde el Reino Unido, que este martes ha registrado 36.804 nuevos casos de covid-19, el máximo diario desde que comenzó la pandemia.
El Gobierno británico evalúa un plan para que el ejército ayude a someter a un test a los conductores de los camiones que pasen a Francia y negocia contra reloj con París una solución para desbloquear los pasos hacia territorio galo.
ESTACIONES DE SERVICIO Y APARCAMIENTOS SATURADOS
A pesar de que las autoridades han recomendado a las empresas de transporte que dejen de enviar mercancías hacia Francia hasta que se despejen las carreteras, los camiones han continuado llegando hoy a los colapsados aparcamientos del sur de Inglaterra, donde algunos conductores se han visto obligados a dormir las dos últimas noches.
Según las cifras oficiales ofrecidas por la ministra de Interior británica, Priti Patel, unos 650 camiones han quedado parados en la autopista, mientras que otros 870 se encuentran en aparcamientos cercanos.
El director de la Federación de Alimentación y Bebidas británica (FDF, en inglés), Ian Wright, detalló que al menos 4.000 camiones que tenían previsto cruzar el canal estos días se han visto afectados por las restricciones.
El ministro de Transporte, Grant Shapps, ha argumentado por su parte que las infraestructuras que ya se habían preparado de cara al Brexit, que provocará previsiblemente atascos en las adunas, han permitido que más camiones hayan encontrado espacios para aparcar fuera de las carreteras.
NAVIDADES EN LA AUTOPISTA
Mariano Buitrago, un transportista que se dirigía el domingo por la noche hacia la entrada del eurotúnel, relató a Efe que la policía clausuró la autopista M20, que une Londres con el sureste de Inglaterra, poco después de que Francia decretara el cierre de fronteras.
"Nos echaron hacia la carretera nacional. Nosotros llevamos mucho tiempo viniendo al Reino Unido, así que conozco un poco esta zona y me vine a una estación de servicio cercana que todavía estaba libre", explicó el conductor de la empresa Hermanos Corredor, que había dejado su carga de espinacas y regresaba a Madrid con pienso para animales.
Buitrago relata cómo otros conductores han quedado inmovilizados en cunetas, donde no pueden comprar alimentos ni asearse, y asegura que la cantidad de camiones acumulados puede tardar varios días en despejarse, incluso una vez haya reabierto la frontera.
El conductor, que esperaba llegar a Madrid el miércoles, ha dado por perdidas las navidades que planeaba pasar con su familia. "Hace ya tiempo que descarté la Nochebuena", se lamenta.
Se queja además de que ni la policía ni otras autoridades les ha trasladado información: "Nos tratan como si fuéramos robots", esgrime.
AVANZA EL VIRUS EN EL REINO UNIDO
En las últimas 24 horas se han registrado 691 nuevas muertes por coronavirus en el Reino Unido, mientras que los contagios se han disparado un 61,2 % en los últimos siete días.
El número de pacientes hospitalizados se acerca además al pico que registró durante la primera ola de la pandemia. En Inglaterra ya hay 17.709 ingresados con covid, frente a los 18.974 que se alcanzaron el pasado 12 de abril.
Según las cifras publicadas hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS, en inglés), desde que comenzó a expandirse el coronavirus se han registrado cerca de 81.000 muertes más de lo que eran esperables en relación a la media de los últimos cinco años.
Los científicos continúan tratando de determinar hasta qué punto la nueva variante detectada se transmite con mayor velocidad que las cepas ya conocidas del SARS-CoV-2, e investigan si puede extenderse más fácilmente entre los niños, aunque no hay evidencias de que suponga un problema de salud mayor para ellos.