El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este jueves una suspensión de la retirada de las tropas de su país de Alemania y el cese del apoyo a la ofensiva liderada por Arabia Saudí en el Yemen, dentro las medidas que está adoptando para revocar las políticas de su antecesor, Donald Trump.
Hoy le tocaba el turno a la política exterior y para ello Biden se trasladó al Departamento de Estado para dar un discurso en el que esbozó las que serán las líneas maestra de su gestión.
En lo que viene siendo la tónica de sus intervenciones desde que fue investido el pasado 20 de enero, el mandatario demócrata anunció una vuelta de EE.UU. a su política exterior tradicional, es decir, a la colaboración con sus aliados de toda la vida, y a los organismos y tratados internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Acuerdo del Clima de París, de los que Trump había retirado al país.
RESPONDER A LOS RETOS DE HOY Y DE MAÑANA
"Como dije en mi discurso de investidura, repararemos nuestras alianzas y nos implicaremos en el mundo de nuevo, no para responder a los desafíos de ayer, sino a los de hoy y de mañana", dijo.
En cuanto a medidas concretas, Biden informó de la paralización del repliegue de las tropas de EE.UU. de Alemania, decidida por Trump.
"Para comenzar -apuntó-, el secretario de Defensa (Lloyd) Austin liderará una revisión global de las posiciones de nuestras fuerzas para que nuestra presencia militar esté alineada adecuadamente con nuestras prioridades de política internacional y seguridad nacional".
"Y mientras esta revisión se desarrolla, detendremos cualquier plan de retirada de tropas de Alemania", afirmó Biden.
Trump informó a mediados de junio de su intención de reducir el número de tropas estadounidenses en Alemania, en represalia por lo que consideraba el insuficiente gasto en defensa por parte de Berlín y por, a su juicio, aprovecharse de EE.UU. en cuestiones comerciales.
Más tarde, el Pentágono precisó que retiraría 11.900 militares de Alemania, de los que 5.600 se reubicarían en otros países de la OTAN, principalmente Bélgica e Italia, y otros 6.400 regresarían a EE.UU., dentro del plan de Trump.
El verano pasado, el país norteamericano tenía desplegados unos 52.000 efectivos en las bases alemanas, de los que unos 34.500 eran soldados en activo y el resto eran empleados civiles del Departamento de Defensa.
YEMEN, UNA CATÁSTROFE HUMANITARIA
Fuera de Europa, en Oriente Medio, Biden adelantó que va a aumentar la diplomacia para acabar con el conflicto en el Yemen, "una guerra que ha creado una catástrofe humanitaria estratégica".
En ese sentido, ha pedido a su equipo que se asegure el apoyo de la ONU para liderar una iniciativa para imponer un alto el fuego y anunció la designación de un enviado especial para Yemen, que será el diplomático Timothy Lenderking.
"Y para subrayar este compromiso, vamos a acabar con todo el respaldo estadounidense a las operaciones ofensivas en la guerra del Yemen, incluyendo las ventas relevantes de armas", apuntó.
Sin embargo, para aplacar la posible inquietud de Arabia Saudí, aliado de Washington en la región y que ha liderado la ofensiva contra los rebeldes hutíes en el Yemen desde 2015, que están apoyados por Irán, Biden aseguró que EE.UU. seguirá ayudando al reino a "defender su soberanía e integridad territorial", al recordar que afronta ataques con misiles y otras amenazas por parte de fuerzas proiraníes en distintos países.
UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA PARA RUSIA Y CHINA
Durante su alocución, Biden también se refirió a China y Rusia, a los que ofreció una de cal y otra de arena: "El liderazgo estadounidense debe estar a la altura de este nuevo momento de avance del autoritarismo, incluyendo las ambiciones crecientes de China para rivalizar con EE.U. y la determinación de Rusia de perjudicar y alterar nuestra democracia".
Sobre Moscú, recordó el acuerdo anunciado este miércoles para extender por cinco años el tratado Nuevo Start, que limita el número de armas nucleares estratégicas y que expiraba este viernes.
"Al mismo tiempo le dejé claro al presidente (Vladímir) Putin de una manera muy diferente a la de mi predecesor que los días en que EE.UU. se rendía ante las acciones agresivas de Rusia interfiriendo en nuestras elecciones, ciberataques y envenenando a ciudadanos se han acabado", avisó Biden, quien mencionó el caso del opositor ruso Alexéi Navalni, quien "debería ser liberado de inmediato sin condiciones".
Acerca de China, advirtió de que Washington no permitirá "abusos económicos" ni ataques contra los derechos humanos, la propiedad intelectual y la gobernanza global: Aunque "estamos preparados para trabajar con Pekín, cuando sea en interés de EE.UU.", reconoció.
En un nuevo giro de 180 grados respecto a las políticas de Trump, Biden va a aumentar hasta 125.000 la cuota anual de refugiados que el país admite, después de que durante el mandato de su antecesor, ese cupo alcanzará mínimos.
"Hoy voy a aprobar una orden ejecutiva para comenzar el duro trabajo de restaurar nuestro programa de admisiones de refugiados para contribuir a responder a una necesidad global sin precedentes", destacó.
"Esta orden ejecutiva -agregó- nos pondrá en una posición en la que podremos aumentar las admisiones de refugiados hasta 125.000 personas para el primer año fiscal completo de la Administración Biden-Harris (en referencia a la vicepresidenta Kamala Harris)".
A finales de octubre Trump fijó en 15.000 la cuota de refugiados para el año fiscal 2021 (entre el 1 de octubre de 2020 y el 30 de septiembre de 2021), la más baja desde que entró en vigor en 1980 la ley que regula este amparo.