La Guardia Civil de Granada ha detenido en Alhendín a tres individuos de una misma familia como presuntos autores de los delitos de detención ilegal, amenazas, lesiones, tenencia ilícita de armas y contra la salud pública por cultivo y elaboración de droga.
En un comunicado ha informado de que en el marco de esta operación la Guardia Civil ha recuperado dos escopetas de caza, una de cañones recortados sustraída en Santa Fe en 2010 y otra de la que de momento se desconoce su procedencia. Además, ha intervenido 128 cartuchos para escopeta, 13.500 euros y los restos de una plantación de cannabis sativa.
La operación, que continúa abierta, comenzó cuando el 26 de octubre una pareja, un hombre de 31 años y una mujer de 21, acudieron al cuartel de la Guardia Civil de Armilla a denunciar que venían del Servicio de Urgencias del hospital Clínico, donde los habían tenido que curar de las heridas sufridas a manos de las personas que los habían tenido secuestrados en un domicilio de Alhendín.
El denunciante confesó que cuidaba en un domicilio de una plantación de cannabis sativa que llevaban a medias con el propietario de la vivienda y que éste lo acusaba de haberle robado 10.000 euros. Por ese motivo este hombre, su mujer y sus hijos citaron a él y a su novia el pasado día 23 de octubre para hablar con ellos, los retuvieron contra su voluntad, les dieron una paliza con unos bastones y con una muleta y les amenazaron con matarlos si antes del día 26 no les devolvían el dinero.
Tras la denuncia, el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Armilla se puso al frente de la investigación y realizó un registro en el domicilio donde presuntamente mantuvieron detenidos ilegalmente a los denunciantes. Además de las dos escopetas recuperadas, la munición y el dinero intervenido, los agentes encontraron dos bastones y una muleta manchados de sangre que fueron intervenidos.
La Guardia Civil, que ha tomado muestras de AND a las víctimas para comprobar si la sangre que mancha los bastones y la muleta es de ellas, ha explicado que el tiempo que pasó entre la liberación de las dos víctimas y la denuncia posterior fue suficiente para que los detenidos cortaran todas las plantas de marihuana y las hicieran desaparecer.
Sin embargo no les dio tiempo a quitar de en medio ni la infraestructura necesaria para el cultivo ni las macetas con los restos de las plantas.