Ventas de Huelma, un pueblo de Granada de unos 600 habitantes, ha arañado un hueco en la actualidad nacional e internacional gracias a su pantera negra, un "bicho" que mantiene activo un dispositivo especial de la Guardia Civil pero que podría ser un gato gordo y salvaje al que algunos han oído rugir.
La historia del pueblito granadino al que le han podido dar gato por liebre -para ser más exactos, por pantera-, comenzó hace hoy una semana cuando un grupo de vecinos que recorría el camino cercano al Castillo vio un animal negro que tomó por un felino salvaje.
En la máxima del más vale prevenir que curar, el Ayuntamiento de Ventas de Huelma alertó a sus vecinos del avistamiento de una posible pantera negra, pidió calma, desalentó a los curiosos para eliminar riesgos y organizó un dispositivo especial.
En ese operativo han participado desde entonces agentes de Medio Ambiente de la Junta, voluntarios de Protección Civil y diferentes secciones de la Guardia Civil, un plan de busca y captura al que se han sumado medios de comunicación, expertos en fieras y curiosos.
El culebrón ha crecido con cada batida en busca de esa fiera a la que algunos vecinos han oído rugir salvaje en lo que podría ser al final el ronroneo ronco de un gato pasadito de peso.
Fuentes de la Guardia Civil han informado a Efe de que, por una cuestión "de orden público", mantendrán en Ventas de Huelma el dispositivo formado por patrullas del Seprona y de Seguridad Ciudadana que cuentan con el helicóptero de la Unidad Aérea de este cuerpo armado.
En la felina búsqueda, la Guardia Civil ha sumado cámaras térmicas, ha instalado una caja trampa para atrapar al animal salvaje y cuenta con un arma con dardos tranquilizantes.
De momento, el único que ha logrado diana con su disparo ha sido el fotógrafo "freelance" Alfonso Azaustre, el encargado este jueves de poner rostro a la fiera de Ventas de Huelma al inmortalizar en un paraje cercano al municipio lo que más parece un gato al que la dieta durante el confinamiento se le ha ido de las patas.
Las fotos de ese gato negro y asalvajado se quedan de momento en cuarentena, el Ayuntamiento mantiene activa la petición de prudencia y también permanece el dispositivo de búsqueda, que continuará hasta que la Guardia Civil tenga al animal y pueda aclarar si era el bicho tan fiero como lo pintan.
En estas historias de contexto pandémico, la "pantera" negra de Ventas podría no ser más que un gato que acabó el estado de alarma con unos kilos de más, que eso ha pasado mucho durante el confinamiento.
Gato o pantera, lo que sí ha conseguido el animalito es una efectividad para confinar vecinos que ya quisiera cualquier gobierno con un rebrote de la COVID-19 ya que el temor a convertirse en su presa ha dejado cada noche desiertas las calles de esta localidad del Poniente granadino que estos días ronronea con titulares extranjeros.
El Ayuntamiento ha reiterado este viernes que ni confirma ni desmiente que el felino de la foto sea su fiera y, como en el experimento del gato de Schrödinger, contempla la doble realidad del sí y el no. Y hasta un todo lo contrario.
Aunque la fiera que algunos vecinos dicen haber visto podría no ser más que "un lindo gatito", la búsqueda del animal se mantendrá hasta que se dé caza al felino y se descarte que en esta historieta de rugidos, huellas y riesgos reales pueda quedar gato encerrado. EFE
Provincia de Granada
La pantera negra de Granada, una historia que podría tener gato encerrado
Un "bicho" que mantiene activo un dispositivo especial de la Guardia Civil pero que podría ser un gato gordo y salvaje al que algunos han oído rugir
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