El Gremio de Libreros de Cataluña cifra en unos 20 millones la facturación de la Diada de Sant Jordi, aproximadamente el 7,6% del total anual de ventas del sector, en una jornada literaria protagonizada por la incertidumbre meteorológica y la ausencia de un “vencedor” claro en las ventas.

A diferencia del año pasado, cuando el fenómeno sueco Stieg Larsson arrasó en los puestos de libros, este año las novedades se han vendido de una manera muy repartida.

Según ha informado en un comunicado el Gremio de Libreros, en las 400 paradas que han instalado sus librerías asociadas en toda Cataluña, los libros más vendidos han sido Se sabrá todo en ficción catalana y El viaje al poder de la mente (Eduardo Punset) en no ficción en este idioma.

En ficción catalana también han destacado las ventas de Maletas perdidas, de Jordi Puntí, y Boulevard de los franceses, de Ferran Torrent, mientras que en no ficción han recibido la acogida del público Las máscara del rey Artur, de Pilar Rahola, sobre el líder de CiU, Artur Mas, y El viaje de ida y vuelta, del futbolista del Barça Gerard Piqué.

En ficción castellana, el libro que ha cosechado más atención ha sido El asedio, de Arturo Pérez Reverte, seguido de Venganza en Sevilla, de Matilde Asensi, y Dime quién soy, de Julia Navarro.

En no ficción castellana Eduardo Punset con su El viaje al poder de la mente ha sido el “ganador”, seguido de Haruki Murakami con De qué hablo cuando hablo de correr y de Lars Kepler con El hipnotista.

El presidente del gremio, Antoni Daura, afirmó que, pese al estancamiento en las ventas, están satisfechos, y aunque ha habido puntos del territorio donde ha llovido, como Girona, la participación ha sido similar a la del año anterior.

La tradicional firma de autores en las diversas paradas literarias, tras el desayuno que ha congregado a cerca de 150 autores en un céntrico hotel barcelonés, se ha complementado este año con la novedad de un puesto de libros digitales en el Paseo de Gracia de Barcelona, ciudad que, pese al tiempo inestable, se ha llenado de viandantes en busca del libro y la rosa.

En Girona, la literatura, protagonista habitual del día de Sant Jordi, le ha cedido esta vez algo de espacio a la arquitectura con el estreno del nuevo edificio de la Generalitat.