El Príncipe de Asturias, al entregar el Premio Velázquez a Antoni Muntadas, destacó que es “un artista catalizador”, que dirige su mirada “a las interconexiones que enlazan medios de opinión pública e imágenes con la realidad social”.
Don Felipe, acompañado por la Princesa de Asturias, entregó ayer en la sala Velázquez de Museo del Prado, con el cuadro de Las Meninas de fondo, el premio de Artes Plásticas que lleva el nombre del pintor sevillano, en su VIII edición.
Junto a los Príncipes estuvieron el galardonado, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, el presidente del Patronato del Prado, Plácido Arango, el director general de Bellas Artes, José Jiménez, y el director del Prado, Miguel Zugaza.
El Heredero de la Corona subrayó que los distinguidos con este galardón –Gaya, Tàpies, Palazuelo, Soriano, López, Gordillo y Meireles– han contribuido a hacer de él un referente para el arte y la creación, que se “refleja en la vocación de liderazgo creativo que siempre ha definido a España”.
El Príncipe de Asturias indicó que la mirada penetrante de Muntadas constata “la influencia –e incluso el ascendiente– que instantáneas, filmaciones o carteles publicitarios ejercen sobre el mundo urbano”, confirma la aportación de estos medios a la cultura y hace que sea el propio espectador el que construya “por sí mismo el sentido de lo que ve y escucha”.
En su intervención, Antoni Muntadas hizo extensivo su agradecimiento a los que desde un principio le han apoyado “implicándose y haciendo posible día a día que los proyectos llevados a cabo siguieran hacia delante”, y sin los que no hubiera podido realizar la mayoría de sus propuestas.
El arte no debe ser competitivo y por ello el Premio Velázquez “más que representar el haber llegado a alguna parte, supone un aliciente para seguir trabajando”, señaló y recordó la satisfacción que le ha supuesto desde los años setenta encontrarse en escuelas de arte y universidades de todo el mundo, “con jóvenes artistas españoles preocupados por explorar otras culturas, por extender horizontes, por conocer formas de trabajar distintas”.
El galardonado resaltó el aspecto “queridamente nómada” de su trabajo y aseguró que uno es aquello que hace y que cada proyecto realizado pertenece al lugar donde se concibe, se produce y, finalmente, se presenta.
“¿Cómo podríamos comprender a Buñuel sin entender su etapa española, el período mexicano, sus películas francesas; fases, todas ellas, muy ligadas a las características de los respectivos contextos?”, afirmó y considerado que “se es de aquellos sitios en los cuales se generan las propuestas y, también, de las condiciones que estos mismos lugares tienen”.
Por ello, expresó su reconocimiento no sólo al Estado Español sino también a los de Francia, Canadá, Estados Unidos, Alemania, Brasil o Argentina, “de los cuales siempre he recibido el apoyo y las posibilidades idóneas para desarrollar mi trabajo”.
Antoni Muntadas valoró la existencia de una crítica constructiva y, a la vez, el hecho de entender los tiempos y las necesidades de los profesionales del arte para trabajar, para desarrollar sus proyectos sin presiones colaterales, ya sean desde el sistema artístico o desde las estructuras políticas.