La agrupación musical Virgen de las Lágrimas rindió en la noche del viernes un más que merecido homenaje a José Rodríguez Cortejosa, conocido entre sus amigos de la agrupación como el Barba. Fue un acto muy especial, que constituyó el primer memorial en recuerdo del rufante y fundador de la agrupación musical Virgen de las Lágrimas, fallecido en mayo de 2014.
Con las cortinas del escenario cerradas, ante ellas sólo la caja con el escudo de la agrupación grabado en su parche. La que llevaba el Barba durante su presencia en la agrupación. Tras las cortinas comenzaron a sonar los compases de la marcha
XXV aniversario, de Alberto González, conmemorativa de las bodas de plata de la agrupación (1990-2015).
Tras la intervención del presentador, se dio paso a otra marcha dedicada a José Rodríguez Cortejosa, como
En las puertas del Cielo, de José Luis Rodriguez Navarro.
Llegó el momento de la glosa de la trayectoria del Barba, encomendada a José Yesa Sánchez, otro fundador de la agrupación y compañero de batallas de José Rodríguez Cortejosa. No pudo subir al escenario por la emoción del momento, y fue entonces el cofrade y antiguo hermano mayor de Medinaceli, Jesús Figueiras, el encargado de dar la lectura al emocionado texto de Yesa, que recordaba desde cómo se conocieron, hasta la trayectoria completa a través de las bandas de Medinaceli, Isla de León o Lágrimas. No faltaron anécdotas vividas con José Rodríguez Cortejosa, en calidad también de tesorero de la agrupación.
La viuda del Barba, sus hijos y Pepe Yesa subieron al escenario. La familia recibió un artístico cuadro realizado por Jesús Vidal, con el escudo de la agrupación bajo el que se encontraba una caja con sus baquetas y lágrimas sobre ella. Por su parte, el director de la agrupación, Alejandro Ruiz Riveiro, hizo entrega a Pepe Yesa de la insignia de plata de la agrupación, la máxima distinción que otorga.
Tras los emocionados momentos, llegaron nuevas marchas como El reflejo del alma, de José Manuel Sánchez Crespillo y el estreno de Al compás del Alba, de José Manuel Sánchez Molero, dedicada al Nazareno. Fue el capataz del Nazareno, Javier Padillo, quien entregó un regalo a la agrupación por esta dedicatoria.
No faltó una saeta escrita por José Cruz Maza y cantada por José Manuel Alba Espino, que recordaba también a un rufante que es leyenda de la Semana Santa isleña. Tras ello, Oscar Mosteiro Mesa, comenzó a interpretar los acordes de la marcha
Bajo tu mirada, a piano. Una composición de Daniel Rodríguez 'Harry', que se fue completando con los sones de la agrupación, provocando el delirio del público.
La agrupación también recordó a otros dos compañeros fallecidos como el jovencísimo Juan José Aragón Camacho y a Antonio Maceiras 'El Parpuja', bombo que fue de la agrupación desde sus orígenes. A ellos se dedicó la marcha
La Amargura, de Nicolás Barbero Rivas. Los familiares también recibieron un recuerdo de la agrupación, y a renglón seguido volvió otra marcha de Barbero, como
El último aliento.
Unos vídeos de la productora
Banian se proyectaron sobre la pantalla del teatro, en ellos una entrevista con José Rodríguez Cortejosa donde aseguraba que su marcha preferida era
La Clámide Púrpura, de Juan Luis del Valle y Francisco José Carrasco. Una marcha con una veintena de años de antigüedad, que la agrupación interpretó en su honor.
La clausura del acto, que duró dos horas, estuvo a cargo de Francisco Romero, delegado de Cultura, a quien la familia del homenajeado también agradeció el apoyo y las facilidades dadas para la celebración de este acto.