El extremeño Abel Mansilla, que está afincado en Sanlúcar, logró un nuevo reto. Afrontó 12 horas subiendo y bajando las escaleras interiores y exteriores del Hotel Guadalquivir para recaudar dinero a beneficio de la Asociación contra el Cáncer Española de Sanlúcar de Barrameda.
Y lo consiguió a pesar de recibir críticas de personas que sólo se dedican a menospreciar en las redes sociales. Que sepan estas personas que logró recaudar 2.830 euros, que completó 46,200 kilómetros, que subió y bajó 175 veces las escaleras de este emblemático hotel sanluqueño, que afrontó 70.000 escalones, que le ‘arrebataron’ el avituallamiento porque los visitantes de un viaje del Imserso dejaron vacías las mesas, dejando claro que por una confusión porque pensaron que formaba parte del recibimiento en La Calzada. Tras el gesta, 7 horas durmiendo y posiblemente que esa noche ni bajó la basura.
El alcalde, Víctor Mora, y el delegado de Deportes, David Salazar, no faltaron a la cita. Y no era para menos en una mañana que amenazaba lluvia. Y llovió pero poco. Pero las ganas por completar el reto fueron las mejor dosis de moral para un tipo campechano, que en su primer metro a las 9 de la mañana dejaba caer “no vemos a las 9 de la noche”. Y lo logró y se emocionó, que es lo más bonito que tiene esta vida y más cuando se dice con sentimiento. Pasaban las horas y el agotamiento empezaba a hacer acto de presencia. Había que conseguirlo y lo hizo. La última vuelta se hizo eterna porque, por eso mismo, era la última.
Sus hijos fueron a recibirle como el héroe que es. También su mujer. Abel Mansilla se emocionó ante los suyos, tambiénante sus allegados, con los componentes de la Asociación contra el Cáncer de Sanlúcar, con la plantilla del Hotel Guadalquivir”. A 7 TV manifestó que “estoy cansado y se me traba la lengua. Yo no soy el protagonista, son ellos. Si no es por la Protección Civil y a la gente que está ahí fuera no hubiera acabado las 12 horas. Es que ha habido mucha gente colaborando y por eso me encuentro muy satisfecho”.
Reconoció que “la primera hora y media fue muy complicada. Lo pasé regular. Sentí fátiga pero no lo podía decir. Después estuve perfecto porque no sentí calambres, no tuve inco,venientes ni problemas de estomágo”.
Aseguró que “la llegada fue muy emotiva y más porque la gente se volcó con la ACCE de Sanlúcar. La investigación es muy necesaria. Los dolores se me quitaron. El cáncer es una enfermedad muy mala. Hay que seguir luchando”.
