El LIII Premio de Novela Ateneo de Sevilla y el XXVI Premio de Novela Ateneo Joven publicaban sus ganadores a medidados del pasado mes de julio. Hoy, de la mano del presidente de la asociación cultural, Alberto Máximo Pérez Calero, junto al director de Actuaciones Socioculturales de la Fundación Unicaja, Rafael Muñoz y, por supuesto, los galardonados, Ignacio del Valle y Guillem Santacruz, presentaban este jueves las novelas premiada que por fin son publicadas por Algaida Editores.
En Ciudad de México me quedé asombrado al ver el rito de los voladores. Cuatro hombres giraban sobre un tronco de 20 metros arriesgando su vida. Se me quedó en la cabeza "muertos" que giran, algo que me inspiró para el título de mi libroEn una edicción donde se presentaban un total de 227 obras compitiendo por el Premio Ateneo de Sevilla, la ganadora ha sido la novela negra ambientada en la Ciudad de México titulada "Cuando giran los muertos". En este caso, Ignacio del Valle decide narrar la historia de dos agentes del SIAEM, el servicio secreto de Franco, que viajan a México bajo la apariencia de una misión cultural pero con el verdadero encargo de restablecer las relaciones entre ambos países.
A priori, una de las inquietudes de esta obra es, sin duda, su propio título, y que el propio escritor ha confesado el por qué en la presentación: "en Ciudad de México me quedé asombrado al ver el rito de los voladores. Cuatro hombres giraban sobre un tronco de 20 metros arriesgando su vida. Se me quedó en la cabeza "muertos" que giran, algo que me inspiró para el título de mi libro."
Por su parte, el Premio de Novela Ateneo Joven contaba con un total de 21 obras que se presentaban al concurso. Finalmente, el escritor Guillen Santacruz, de tan solo 28 años, ha sido el ganador de la mano de su novela "La conjetura de Rainer". Una interesante obra que presenta a un profesor de matemáticas que investiga un antiguo texto griego que permitirá averiguar la fecha de la muerte a partir de su nombre, una mezcla de historia y ciencia.
"Mi libro va sobre la muerte pero, realmente, hablo de la muerte para reivindicar la vida. Toda una defensa de los valores europeos y de la poesía como método para enriquecer la sociedad. El protagonista de mi obra es un profesor chiflado que no es un loco cualquiera. Su enfermedad mental es difícil de rastrear. Hablo de esa locura, ese demonio, que a algunos grandes nóveles europeos les ha conquistado cuando han llegado a un conocimiento muy grande." añadía el joven autor.
