En dos trabajos publicados este mes en la prestigiosas revistas Molecular Cell y Genes & Development, el grupo de la Universidad de Sevilla dirigido por el Catedrático de Genética Andrés Aguilera en Cabimer ha demostrado que el RNA promueve la condensación de los cromosomas cuando se entrelaza con el DNA formando híbridos de DNA-RNA. A su vez ha identificado una proteína que se une al RNA y evita la formación de dichos híbridos. Ambos trabajos abren nuevas vías de investigación sobre el origen de los tumores.
Según un notad, en el primer trabajo los investigadores demuestran que en levaduras, nematodos y células tumorales humanas, los híbridos de DNA-RNA modifican la cromatina imprimiendo en el cromosoma una marca epigenética. Esta marca, que consiste en modificaciones químicas de las histonas, los ladrillos que protegen y empaquetan las fibras de DNA, contribuye a que los cromosomas pierdan estabilidad acumulando mutaciones y aberraciones cromosómicas, como ocurre en las células tumorales.
En el segundo trabajo, en colaboración con el grupo del doctor Sergio Moreno del Instituto de Biología Funcional y Genómica del CSIC en Salamanca, los investigadores demuestran que la inactivación de una proteína de unión al RNA, Npl3, en levaduras provoca acumulación de híbridos de RNA-DNA, inestabilidad genética e hipersensibilidad a agentes antitumorales como la trabectedina.
El descubrimiento de este nuevo papel de los híbridos de DNA-RNA en la estructura y estabilidad de los cromosomas abren así nuevas vías para entender los mecanismos celulares de la inestabilidad genética y el origen de los tumores. Los trabajos constituyen parte de las tesis doctorales de Maikel Castellano-Pozo y José María Santos-Pereira en la Universidad de Sevilla.