El Instituto Marista de Sevilla capital celebra, este mismo 2 de enero, la conmemoración del bicentenario de su fundación con la llegada del Cartero Real, una misa en el colegio de la calle Paraíso y una comida de convivencia que abrirán un año de actividades con los que la congregación quiere celebrar sus doscientos años de historia.
Los Hermanos Maristas están presentes en la provincia de Sevilla desde el año 1933. Según exponen en una nota de prensa, su labor fundamental ha sido la enseñanza en el ámbito escolar, permaneciendo en la actualidad dos colegios: el colegio Santa María la Mayor de Sanlúcar la Mayor, en el que vive una comunidad de cuatro hermanos y el colegio San Fernando de Sevilla, actualmente en su sede de la calle Paraíso de Triana, tras haber tenido sedes anteriormente en las calles san Eloy, Jesús del Gran Poder y San Pablo.
A lo largo de este tiempo, los Hermanos Maristas también han estado presentes en diferentes comunidades de inserción en barrios periféricos de nuestra ciudad: Polígono Norte, San Jerónimo o La Oliva, así como en la población de Villanueva del Río y Minas. También tuvo su sede la casa provincial de la extinta Provincia Bética, en la calle Brasil del barrio del Porvenir.
En Castilleja de la Cuesta existió hasta hace pocos años una casa de espiritualidad y acogida que, anteriormente, fue casa de formación para los jóvenes en su etapa de pre-noviciado.
Por último, desde hace más de una década, los Hermanos Maristas están presentes en el barrio de La Plata, donde tiene su sede el Noviciado de las Provincias Maristas de Europa. En la actualidad, esta comunidad está formada por tres hermanos y tres novicios de diferentes procedencias del continente europeo.
Orígenes del Instituto Marista
Según recoge la nota de prensa de la institución, el día 2 de enero de 2017 se celebran 200 años de la fundación del Instituto de los Hermanitos de María, más conocidos como Hermanos Maristas. Esta congregación de hermanos fue fundada por San Marcelino Champagnat, sacerdote francés formado en el seminario mayor de Lyon. En esa ciudad germinó la Sociedad de María, promovida por un grupo de seminaristas, entre ellos Champagnat. Desde los comienzos, él manifestó su convicción de que la Sociedad debía incluir una rama de Hermanos dedicados a la enseñanza que trabajasen con los niños que se veían privados de educación cristiana en apartadas zonas rurales, porque otros no iban donde ellos.
Una vez ordenado sacerdote, Marcelino Champagnat fue destinado como coadjutor a La Valla, un pequeño pueblo de los Montes del Pilat, al sur de Lyon. Pronto le impresionó el aislamiento y la pobreza cultural de esta zona rural de montaña.
A finales de octubre de 1816, le llamaron para que acudiera al lecho del joven Jean Baptiste Montagne que, a la edad de 17 años, se moría sin apenas haber oído hablar de Dios. En los ojos de este muchacho percibió el clamor de millares de jóvenes que, como él, eran víctimas de una trágica pobreza humana y espiritual. Este hecho le movió a entrar en acción.
El 2 de enero de 1817, Champagnat reunió a sus dos primeros discípulos. Pronto le siguieron otros. La Valla se convirtió así en la cuna de los Hermanos Maristas. De esta manera comenzaba una maravillosa aventura educativa y espiritual en medio de la pobreza humana, con la confianza puesta en Dios y María.
200 años después
Tras dos siglos de historia, los Maristas estamos presentes en 81 países de los cinco continentes, organizados en Provincias y Distritos. Unos 3000 hermanos y alrededor de 75 mil laicos y laicas desarrollan su misión en diferentes áreas (escuelas, obras sociales, universidades…), atendiendo a unos 700 mil niños y jóvenes.
En las últimas décadas, varias experiencias significativas han impulsado la actualización del carisma y la misión maristas: la muerte de cuatro hermanos maristas españoles en los campos de refugiados del antiguo Zaire, la presencia de los llamados “maristas azules” en la ciudad de Alepo (Siria) en medio de la guerra o las nuevas comunidades internacionales La Valla 200, formadas por hermanos y laicos de los cinco continentes, en diferentes lugares de frontera de nuestro mundo.
Hace tres años, el actual Superior General, H. Emili Turú, y su Consejo, convocaron la celebración del Bicentenario Marista, con el siguiente lema: “Maristas 2017-Un nuevo comienzo”. Para ello, se ha ido recorriendo un camino de preparación en el que se ha escogido un icono por año, asociado cada uno de ellos a una experiencia fundamental del carisma marista: la Misión, la Fraternidad y la Espiritualidad, concluye el comunicado