Durante seiscientos ochenta y un años, el puente de barcas sobre el Guadalquivir fue testigo de los más trascendentes acontecimientos históricos sevillanos, con tres épocas básicas durante los siglos XII, XIII y XVI-XVII. La apertura del puente de barcas en 1171 desarrolló la socioeconomía de Triana, el Aljarafe y la Sierra Norte de la provincia. El puente fue uno de los símbolos del período almohade y contemporáneo del acueducto de los Caños de Carmona, los jardines de la Buhayra y la torre-Giralda de la nueva Mezquita. Luego, durante la Sevilla Alfonsina (siglo XIII) y la Sevilla del Imperio (siglos XVI-XVII), volvió a ser testigo del orto y ocaso de la ciudad y su río.
El puente de barcas sobre el Guadalquivir ha sido testigo de casi siete siglos de historia de Sevilla, seiscientos ochenta y un años, desde 1171 hasta 1852. Un período de tiempo muy amplio y bien repleto de acontecimientos históricos básicos, comenzando por el esplendor de la ciudad árabe del imperio almohade (1147-1248) y terminando con la ciudad isabelina (1833-1868).
Entre ambas épocas, contabilizamos seis grandes bloques históricos, todos ellos muy ricos en hechos decisivos para Sevilla y con influencia en el conjunto de la sociedad, marcando el urbanismo y la arquitectura, la demografía, la sociología, la economía, la cultura, la religión y la política.
Dentro de este gran bloque histórico (1147-1868), hay dos épocas que marcaron el renacimiento sevillano, proyectando a la ciudad hacia el mundo occidental y elevando su influencia y fama hasta límites nunca igualados antes ni después. Estas dos épocas de máximo esplendor transcurrieron durante los siglos XIII y XVI-XVIII. En la primera fue el rey Alfonso X el Sabio (reinó entre 1252-1284) el principal protagonista del orto sevillano, y en la segunda fue fundamental la decisión de los Reyes Católicos de conceder a Sevilla la Casa de Contratación (1503), base de su emporio hasta 1717, cuando la Casa fue trasladada a Cádiz por el rey Felipe V. De manera que el privilegio sevillano de convertirse en "puerto y puerta de las Indias" (Lope de Vega), otorgado por los Reyes Católicos en 1503, fue mantenido por todos los monarcas de la Casa de Austria (1517-1700) y eliminado por el primer rey de la Casa de Borbón (1700-1746).
El primer bloque temporal de los seis antes citados (1147-1868) abarca toda la Baja Edad Media (siglos XII-XV), en la que podemos fijar como hechos históricos decisivos de la dominación musulmana, la construcción del primer puente de barcas (1171), y una serie de logros contemporáneos, como el acueducto de los Caños de Carmona, el palacio de la Buhayra, los alcázares y mezquitas, el gran alminar luego convertido en Giralda, la reconstrucción y ampliación de las murallas de la ciudad y del número de puertas y postigos heredados de los almorávides, las Torres del Oro (1220), de Abdelazis y de la Plata (ambas también del siglo XIII), de Don Fadrique (1250), etc.
El tiempo cristiano lo inició la Reconquista (1248) de Fernando III y alcanzó esplendor excepcional durante el reinado de Alfonso X el Sabio. El broche de oro de la ciudad medieval fue el Descubrimiento de América (1492). Con la epopeya colombina coincide la Edad Moderna, que para Sevilla abre las puertas de los Siglos de Oro. Antes y después, dentro del período de Baja Edad Media, la ciudad se había enriquecido con establecimientos eclesiásticos como los conventos emblemáticos de San Clemente (siglo XIII) y de San Agustín (1372).
Para valorar los cambios urbanos y arquitectónicos de las ciudades fernandina y alfonsina, en relación con el tiempo musulmán, puede seguirse la incorporación de edificios religiosos al patrimonio sevillano. La historia de la ciudad, su formación a través de los siglos, está "escrita" en el censo de conventos, iglesias y edificios civiles públicos. De ahí la importancia de conocer las épocas en que se incorporaron a la ciudad.
La relación de iglesias de este período de la Baja Edad Media, es muy extenso, en gran parte construidas o adaptadas de antiguas mezquitas. Por ejemplo, los templos de Santa Ana, Omnium Sanctorum, San Juan de la Palma, Santa María la Blanca y San Gil, todos del siglo XIII. Durante la centuria siguiente, se incorporan los templos de San Lorenzo, Santa Marina, Santa Lucía, Santa Catalina, San Julián, San Román, San Pedro, San Esteban, San Isidoro, San Marcos y San Vicente, todos del siglo XIV.
Otros edificios emblemático de esta época son el Hospital de los Viejos y el Palacio del Rey Don Pedro, ambos del siglo XIV, y este último localizado en el Real Alcázar (siglo IX). Del siglo XV, son la Cartuja de Santa María de las Cuevas (1400), el monasterio de Santa Paula, las iglesias de San Andrés y de San Martín, el convento de Santa Inés, la Casa del Rey Moro, el palacio de las Dueñas, y la Casa de Pilatos.
Como hitos de la "Ciudad del Quinientos" y contemporáneos del puente de barcas, podemos citar varias estancias de Cristóbal Colón en nuestra ciudad (1492), de regreso del primer viaje a Indias, y de preparación del segundo (1493) y del último viajes (1501). Las fundaciones de la Casa de Contratación (1503) y de la primera Universidad hispalense (1505), en el colegio de Santa María de Jesús creado por maese Rodrigo Fernández de Santaella. La terminación de la Catedral (1506), el establecimiento del Vía Crucis (1521) desde la Casa de Pilatos al templete de la Cruz del Campo (1482), considerado el primer antecedente de la posterior Semana Santa organizada por las Hermandades y Cofradías sevillanas. Asimismo, la boda de Carlos I con Isabel de Portugal en los Reales Alcázares (1526).