La
Consejería de Cultura tiene
dos semanas para remitir a la
Asociación en Defensa del Patrimonio (Adepa) el
proyecto básico de intervención en las Atarazanas. Ni un día más ni un día menos, ha avisado la entidad en una rueda de prensa en la que ha recordado que, si no se cumple este plazo, dado por la propia Consejería en una reunión el pasado 27 de agosto, éste
sería el “tercer incumplimiento” desde que, en diciembre de 2017, Adepa, la Junta y La Caixa, como promotora del proyecto, firmaron un acuerdo para fijar a tres bandas los términos de los trabajos a hacer en la que es considerada la Catedral civil de Sevilla. Este acuerdo fue el resultado de una denuncia de Adepa en los juzgados contra el proyecto de 2015, presentado y con licencia de Urbanismo, en el que no se preveía la excavación arqueológica en busca del origen de este imponente conjunto arquitectónico.
De esta forma, Adepa sale al paso de las
declaraciones públicas de
la consejera Patricia del Pozo, en las que la titular de Cultura reconocía que el proyecto básico no se conocería hasta las Navidades y que el
presupuesto (10,8 millones de euros)
no es suficiente para abordar la intervención que diseña el arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra.
El
presidente de Adepa, Joaquín Egea, ha dejado claro que el
30 de septiembre es el
plazo final para conocer el proyecto básico, con su presupuesto incluido. “Cumpliremos nuestra palabra y esperaremos hasta ese día pero, si fallan, no nos vamos a cruzar de brazos”.
Sobre el escollo del presupuesto que alega Cultura, Egea también ha sido taxativo: “
Nosotros vamos a exigir que se cumpla el convenio que firmamos en 2017 y que se inviertan los 10,8 millones de euros”.
Un dinero “más que suficiente” y que debe gastarse porque el acuerdo entre la Junta y La Caixa para rehabilitar las Atarazanas incluía, a cambio de esta inversión, la cesión a la entidad bancaria de suelo en la Cartuja para levantar el Caixaforum, entre otras cuestiones. “De no hacerse, sería un robo a los sevillanos”, ha denunciado Adepa.
Precisamente, es la cuestión presupuestaria la que mantiene pendiente de un hilo la rehabilitación de las Atarazanas. En marzo de 2019, la Consejería de Cultura y La Caixa, sin el concurso de la tercera pata de este proyecto (Adepa), firmaron un acuerdo en el que la entidad bancaria fijaba como tope máximo de aportación 10,8 millones de euros, aunque se reconocía que el proyecto básico costaba 13,1 millones. Ambas partes se comprometían a buscar fórmulas para lograr esos 2,3 millones de más con respecto a las cifras manejadas desde 2017.
Esas fórmulas consistían en rebajar partidas que “se considerasen no imprescindibles para la apertura y puesta en marcha” e incluso la “posibilidad de que la Fundación Cajasol sufragara una parte del presupuesto”. “Por más que lo hemos pedido, no hemos podido saber cuánto es el presupuesto”, ha señalado Egea. José María Cabeza, ex director del Alcázar de Sevilla, ha sido muy contundente: “No debemos entrar en temas económicos. A nosotros sólo nos preocupa el patrimonio y las Atarazanas. Nos duele quedar como obstruccionistas”, ha señalado, después de desvelar que el propio arquitecto, en su memoria del proyecto, defiende que la excavación en el conjunto es un “objetivo fundamental. Es una edificación única en su especie en la península ibérica por tratarse de la más antigua conservada y de mayor tamaño.