El Hospital Clínic ha demostrado que un cambio en el momento de administración de un fármaco que ya se usa para tratar el ictus isquémico aumenta hasta un 59 % las posibilidades de que el paciente obtenga una excelente recuperación y sin secuelas a los tres meses del procedimiento.
"Esto marca un antes y un después del tratamiento del ictus", ha destacado el jefe de la Unidad de Patología Vascular Cerebral del Clínic, Ángel Chamorro, coordinador del estudio CHOICE, que se ha presentado en la Conferencia Internacional de Ictus en Nueva Orleans (Estados Unidos) y se ha publicado en la revista "JAMA".
El ictus isquémico, que representa el 85 % de todas las embolias, se produce por la obstrucción de un vaso sanguíneo cerebral y provoca 6 millones de muertes cada año en el mundo, siendo la segunda causa de fallecimiento.
Si no mata, el ictus puede dejar importantes secuelas de por vida -de hecho es la primera causa médica de discapacidad en el mundo-, incluso en aquellos pacientes a los que, de forma mecánica, se les logra extraer el trombo de la sangre.
En las primeras 24 horas de la aparición del ictus, el tratamiento consiste en administrar un fármaco endovenoso, el alteplase; y practicar una trombectomía mecánica, que consiste en introducir un catéter por la arteria hasta llegar al trombo, con el fin de extraerlo.
En el 85 % de los casos se logra retirar el trombo y restablecer la circulación de la sangre en el cerebro, pero esto no es siempre una garantía de total recuperación, pues a los 3 meses son muchos los pacientes que presentan secuelas o algún tipo de discapacidad.
Los investigadores del Clínic y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) sospechaban que el problema podría ser que hubiera trombosis en los vasos capilares, las "carreteras periféricas" de la red de vías sanguíneas, que pueden llegar a ser tan finos como un pelo y de las que no es posible disponer de imágenes.
Así surgió el proyecto CHOICE, cuyo objetivo era probar si el mismo fármaco que se da en las primeras horas del ictus, el alteplase, podía ayudar a reducir eventuales daños en los capilares si se administra después de practicar la trombectomía para retirar el trombo.
El estudio, financiado con fondos de la Marató de TV3, contó con 121 participantes, distribuidos en dos grupos de forma aleatoria: a uno se le administró el fármaco después de eliminar el trombo y al segundo, placebo.
Los resultados han demostrado la eficacia de este cambio en el tratamiento: en el grupo con placebo, un 40 % de los pacientes quedó sin secuelas y con vida independiente, sin discapacidad, mientras que entre los que recibieron el fármaco después de la trombectomía el porcentaje ascendió al 59 %, una diferencia por tanto del 19% entre los dos grupos.
La ventaja de este estudio es que el medicamento ya está disponible en los hospitales, por lo que desde este jueves ya serán "muchos los profesionales del mundo que empezarán a hacerlo", ha aventurado Chamorro.
En todo caso, para los más "escépticos", ha considerado que será necesario un segundo estudio con una muestra más "robusta" de pacientes para que quede validado el nuevo procedimiento y pueda incluirse en las guías clínicas, proceso que podría completarse entre este año y el que viene, ha estimado.
Por su parte, el neurólogo del Clínic-IDIBAPS y coordinador del ensayo clínico, Arturo Renú, ha precisado que, si bien han demostrado una "mejor eficacia" del fármaco "una vez se abre la arteria", esto no significa que se tenga que dejar de administrar antes de la trombectomía, como se hace actualmente: "Solo que si te ha quedado un poco de fármaco tras la primera administración, guárdalo porque funcionará muy bien después", ha aconsejado.
María Barranco es una de las pacientes que tuvo la fortuna de salir indemne del ictus que sufrió hace un año: "Tuve la suerte de que me cogió enseguida el equipo del doctor Renú y ahora me he dado cuenta de que tuve más suerte de estar en el grupo del medicamento".