Mantener la esperanza y el buen ánimo se convierte en algo muy complicado cuando te diagnostican cáncer terminal. Por ello, Víctor Albarrán, médico de la planta de Oncología del hospital madrileño Ramón y Cajal, ha contado a través de twitter la increíble historia de
una de sus pacientes, que ha contraído matrimonio, ingresada, este sábado.
"K, 31 años, ingresada en la fase final de una enfermedad cruel y caprichosa. De esas personas con las que empatizas más de lo que deberías. De ésas que te sonríen y no sabes si te lo mereces, ni de dónde sacan fuerzas", comienza contando. "De ésas que te dicen 'estoy en sus manos' y te dejan un dolorcito en el pecho por no poder hacer más. O un nudo en la garganta, o yo qué sé…
'¿Está casado, doctor? Si no, le quiero dar el ramo', me decía la novia. '¿Le puedo abrazar, doctor?', me decía su madre".
"Mientras
varios calmantes para aguantar 1 minutito más de pie les permitían hacerse la foto de familia. Estaban guapísimos ('podría haber cogido al menos una bata nueva'). Con una mezcla de emoción, por ver la ilusión cumplida, y tristeza por el dónde, el cuándo y el cómo", continúa relatando el médico residente.
"En el despacho de médicos sonaba (por azar) la canción de Los Secretos que dice 'hoy he soñado con otra vida, con otro mundo, pero a tu lado…' Y yo, que llevo bastante bien casi todo (casi siempre), he tenido uno de esos momentos en los que se te cae el mundo", confiesa el oncólogo.
"Se te cae el techo de ese sitio en el que día a día trabajas al filo de todo, sin tiempo para pensar que tu rutina está siempre en el momento extremo de alguna vida. En el que cada gesto que hagas y cada puta palabra que digas se quedarán grabadas en la cabeza de alguien".
Con la historia de su paciente como ejemplo, Víctor da un consejo a las miles de personas que ya han leído su hilo: "Vivid mucho y muy fuerte, disfrutad de cada momento insignificante. Decid eso que tengáis que decir. Perdonad y pedid perdón. Reíd todo lo que podáis. No os enfadéis por gilipolleces. Recordad a K radiante y sonriendo bajo su sonda nasogástrica. Y amad mucho y muy fuerte, que eso siempre nos quedará… por feas que se pongan las cosas".