El Vaticano ha emitido un comunicado firmado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada en el que advierte a los miembros "dimitidos" de la asociación Lumen Dei --intervenida por el Vaticano en 2008 ante problemas en algunos de sus dirigentes en el orden moral y económico y en la administración--, de que deben devolver los bienes a la organización.
"Muchos miembros de Lumen Dei han acabado por autodimitirse de la asociación con todos los derechos, incluidos los de orden económico con las legítimas propiedades que Lumen Dei tiene a su nombre en bienes muebles, inmuebles, vehículos y demás pertenencias que deberían haber sido devueltas, lo cual no ha sido así, lamentablemente. En justicia se tendrán que devolver todas las pertenencias del único Lumen Dei que existe, aprobado por la Iglesia así como los archivos y documentación de esta asociación que siguen en manos de los exmiembros", reza la nota firmada por el prefecto de la Congregación, Joao Braz de Aviz.
Lumen Dei es una asociación eclesiástica fundada por el padre Rodrigo Molina, e intervenida por la Iglesia después de que surgieran "tensiones internas" al no poder reconocérsele el estatuto jurídico-canónico apropiado. "Esta nueva realidad se inserta en un cuadro institucional organizativo incompatible en algunos elementos con los principios básicos de la legislación canónica", explica el dicasterio.
A causa de la "resistencia" de la dirección de Lumen Dei para aceptar las indicaciones de la Santa Sede para resolver esas "tensiones", el Vaticano nombró un Comisario Pontificio que primero fue el cardenal Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona, y posteriormente el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, que es quien actualmente desempeña este cargo.
Tras el estudio de las constituciones, los encuentros con distintas personas de las tres ramas de la institución y conociendo la "compleja situación de la economía", Sanz Montes decide nombrar a dos profesores de teología para examinar la sede de formación de candidatos al sacerdocio y a una superiora general para la rama femenina. También examinó el estado financiero.
Finalmente, concluyó que existía una "confusión en la redacción de las constituciones provisionales, insuficiencia teológica y pedagógica en la formación y una administración de los bienes con puntos preocupantes" y tomó unas medidas que provocaron una "abierta oposición" de los miembros de la asociación, algunos de los cuales abandonaron.
En este punto, la Santa Sede advierte de que "en la eventualidad de una futura agrupación" de estos exmiembros, independientemente de la forma que adopten, no podrán hacer referencia a Lumen Dei. Concretamente, la nota cita la Fundación Prodein y puntualiza que "no tiene ya ninguna vinculación con Lumen Dei", que "no tiene una identidad eclesial", que "no podrá organizar bajo ningún supuesto actividades que tengan relación con la espiritualidad" y tendrá que "cerrar las capillas u oratorios en sus sedes y centros".
Según la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, lo "deseable" sería "una reconsideración colectiva para restablecer la unidad de la familia del padre Molina". Por ello, invita a quienes se fueron del instituto a "considerar un regreso" a Lumen Dei y, en todo caso, les advierte de que, si deciden continuar desvinculados, deberán integrarse en sus respectivas diócesis secundando lo que sus ordinarios les indiquen.
Actualmente, hay en marcha un camino de acompañamiento de la asociación, puesto en marcha por la Santa Sede el pasado 13 de mayo de 2014 para encontrar el lugar eclesial de Lumen Dei, con su estatuto canónico correspondiente, la adecuada formación teológica y pedagógica, según el Vaticano II y el Magisterio reciente sobre la vida consagrada.