El Papa ha reivindicado en Turín el papel fundamental de la Iglesia como madre misericordiosa que tiene que ayudar a las familias en dificultad al tiempo que ha pedido a los cristianos que no olviden nunca el amor de Dios.
"Las familias necesitan sentir la caricia maternal de la Iglesia para ir adelante", ha expresado el Papa durante la misa celebrada en la Piazza Vittorio de Turín durante su viaje apostólico a esta ciudad italiana en la que ha venerado la Sábana Santa en la catedral y ha rendido homenaje a San Juan Bosco.
El pontífice argentino ha alertado a los cristianos de sentimientos como "el orgullo" y les ha pedido que no se cierren en sí mismos, que afronten la vida "con coraje" y miren al futuro "con esperanza". En este sentido, les ha pedido que no caigan en la tentación de buscar la seguridad en un "modelo de sociedad cerrada o en las cosas que pasan" y no son eternas.
Durante la homilía el Papa ha recordado a los que "huyen de las guerras en busca de paz y libertad" al tiempo que ha destacado "la fidelidad del amor de Dios que nunca va a menos".
Así, ha reflexionado sobre el amor de Dios hacia los hombres un amor fiel estable y seguro.
"Por amor se ha hecho hombre, por amor está a nuestro lado Jesús nos ama siempre hasta el final sin límites y sin medida. Nos quiere a todos. Todos podemos decir ha dado la vida por mí", ha expresado ante cientos de fieles que se habían acercado hasta la céntrica plaza de Turín.
Así ha subrayado que "la fidelidad de Jesús no se rinde ante la infidelidad de los hombres" y ha dicho que la fe en Dios ayuda a "desvestirse del rencor y las enemistades" y a vestirse "de benevolencia, de la paz del corazón y del servicio a los demás".
Por último ha reivindicado los santos y beatos del Piemonte (norte de Italia) que ha definido como "santos libres y testarudos" que no vivían cerrados en el pasado y ha pedido seguir su ejemplo.