La obligación de analizar la actualidad y opinar sobre la misma una vez a la semana me agota. No es sencillo. Resulta mucho más fácil escribir un tuit. Por eso admiro enormemente a los articulistas de verdad, los de prensa de tirada nacional, que, sin descuidar en absoluto el estilo (¡además!), lo hacen a diario. Pero la actualidad obliga.
Así que cuando lean esto ya habrán visto las imágenes de Cibeles repleta de manifestantes, y conocerán la guerra de cifras de número de asistentes entre la organización, asociaciones civiles con el apoyo de PP, Vox y lo que queda de Ciudadanos, y la Delegación del Gobierno. Conocerán que la Policía Nacional se ha tenido que emplear a fondo para evitar una marcha de participantes en la concentración hasta La Moncloa (una locura, por otra parte). Y habrán reído o puesto el grito en el cielo conociendo las consignas proclamadas y los encendidos discursos.
Pero, y no es novedosa mi posición al respecto, es en vano. La presión sabatina en la calle, con más o menos personas, no va a forzar la salida de Pedro Sánchez del Gobierno de España por la sencilla razón de que su Presidencia es legítima de acuerdo a la Constitución y la legalidad vigente en nuestra democracia. Puedo comprender que PP y Vox alienten las movilizaciones, pero tanto Alberto Núñez Feijóo como Santiago Abascal (sí, Santiago Abascal) saben que habrá que poner en marcha una estrategia seria en las instituciones cuanto antes si quieres erigirse en alternativa, que discurra pareja a la batalla judicial contra la amnistía y cualquier cesión competencial que quebrante el orden constitucional.
En Cádiz, el PP ha bajado ya el balón al pasto. Su presidente provincial, Bruno García, poco dado al tono mitinero, incómodo en el debate bronco, pone el acento en el coste que tendrán las cesiones del PSOE a los independentistas. A espera de que se presente el borrador de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), sería preciso poner sobre la mesa qué reclaman los populares, dónde sitúan el listón, qué proyectos son irrenunciables. Cuando se le pregunta al respecto, habla de sensaciones y temor a que la desigualdad se materialice en las cuentas para 2024, pero no es suficiente. ¿Qué exige el PP para Cádiz?
Un tanto ocurre con Juanma Moreno. El presidente autonómico comparte con Bruno García la moderación. Sin embargo, es el momento de la firmeza. Con mayoría absoluta en el Gobierno andaluz, Juanma Moreno no debe tardar más, ni un solo minuto, en dar publicidad a las demandas históricas y nuevas de nuestra tierra y hacerlas llegar a Pedro Sánchez.
Los socialistas gaditanos están convencidos de que las protestas en la calle no se alargarán mucho más y que los Presupuestos Generales del Estado les darán la razón: la provincia tendrá protagonismo.
Todo ello, de forma pública. En privado, reconocen que la incertidumbre marcará la legislatura. La amnistía nos lleva por terrenos no explorados, cenagosos; y las cuentas, ojo, las cargan el diablo. “Habrá Gobierno para rato”, dicen. Solo PP y Vox pueden despertar las ganas de cambio.
