La situación más grave la sufre Michoacán, donde en los últimos tres días han muerto 20 personas.
La zona, donde la cifra de afectados podría llegar a 20.000, fue visitada por el presidente, Felipe Calderón, quien realizó un recorrido con otras autoridades del estado para supervisar la situación por la crecida del río Tuxpan y el desbordamiento de la presa San Pedro.
El gobierno del Estado de México (vecino de la capital del país) informó de que siete personas que viajaban en automóviles murieron ayer tras quedar atrapadas por un alud de tierra.
El gobernador, Enrique Peña Nieto, dijo que el derrumbe se produjo en la carretera Toluca-Temascaltepec, y añadió que 7.000 viviendas en el Estado de México han resultado afectadas por las inundaciones.
Personal del Ejército se afana por recuperar la normalidad en la zona y en el Valle de México, donde las áreas más afectadas se encuentran en la capital del país.
En el sureño estado de Guerrero, al menos setecientas familias de las zonas pobres de Chilpancingo, la capital del estado, sufrieron los estragos causados por el agua al desbordarse la presa El Cerrito Rico.