La flotilla, que intentaba llegar a la Franja de Gaza con mercancía humanitaria sorteando el bloqueo israelí, fue asaltada en aguas internacionales por la Armada hebrea, que realizó varias advertencias a la flotilla para que no continuara su camino hacia Gaza.
"A partir del 14 de mayo, mi despacho mantuvo contactos al máximo nivel con el Gobierno turco", ha dicho Netanyahu. "Estos contactos (...) tuvieron la intención de evitar una confrontación con la flotilla Mármara, y continuaron hasta la víspera del arribo de la flotilla a las costas de Gaza", ha agregado.
"Pese a nuestros continuos esfuerzos diplomáticos, finalmente el Gobierno turco no evitó el intento de la Mármara de violar el bloqueó naval (...) Parece que (Turquía) no vio en la posibilidad de un enfrentamiento entre los activistas turcos e Israel algo que chocaba con sus intereses", declaró el primer ministro.
Después de asaltar el barco Mavi Marmara, una de las seis embarcaciones turcas que integraban la flotilla, los soldados israelíes abrieron fuego contra los activistas y mataron a nueve ciudadanos turcos. El ataque desencadenó condenas internacionales y casi llevó a la ruptura de las relaciones entre Israel y su otrora cercano aliado musulmán Turquía.
Israel dice que sus efectivos usaron munición real durante el ataque sólo después de ser atacados con porras, cuchillos y pistolas por algunos de los tripulantes de la embarcación.
Asimismo, Netanyahu ha asegurado que "el Estado de Israel y las Fuerzas Armadas israelíes operaron de acuerdo con el Derecho Internacional". "Como primer ministro, no puedo ignorar a Hamás como una amenaza para la existencia de Israel", ha dicho.
El primer ministro ha sido el primer testigo en declarar ante la comisión gubernamental de siete miembros presidida por el ex magistrado del Tribunal Supremo Jacob Turkel y en la que participan dos observadores extranjeros.
El portavoz de Netanyahu, Nir Hefetz, en declaraciones a los medios de comunicación, dijo que la comisión Turkel no es un "organismo antiisraelí", al contrario que la comisión de Naciones Unidas encabezada por el juez Richard Goldstone sobre la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza en enero de 2009.
Según Hefetz, la comisión "da fe de la forma en la que el Estado de Israel, conforme a los más altos estándares internacionales, está dispuesto a enseñar sus cartas y decir 'No tenemos nada que esconder'". Sin embargo, Israel no cooperará en una segunda investigación a cargo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
El mes pasado, una investigación del Ejército israelí concluyó que hubo errores de planificación en el incidente, pero defendió el uso de la fuerza por parte de las tropas. Esta semana declararán también ante la comisión Turkel el ministro de Defensa, Ehud Barak, y el jefe del Ejército, general Gabi Ashkenazi.