La película no ha sido recibida con los elogios habituales de la obra más reciente de Eastwood, incluso hay quien le ha criticado la elección de Jolie para un papel excesivamente dramático y alejado de la imagen glamourosa que encarna la actriz, pero nadie duda de la trascendente mirada con la que el autor de Sin perdón suele asomarse a las dramáticas circunstancias de los personajes de sus obras.
El estreno de Gran Torino, por su parte, ha estado rodeado de una gran expectación. En primer lugar, porque se rumoreó que podría tratarse de una nueva entrega de la serie de Harry el sucio -algo sobre lo que el propio Eastwood ha bromeado al señalar que a sus 77 años no está para perseguir a nadie por la calle-, y, en segundo lugar, porque será su último trabajo como actor-director, ya que a partir de ahora sólo piensa dedicarse a dirigir.