En junio del año pasado se detectó la aparición en la desembocadura del arroyo de los Gallegos de una lengua de arena que impide regularmente que el agua del río vaya hacia el mar. Según los técnicos del Ayuntamiento, "se debe a la construcción de un espigón junto al arroyo que ha modificado el sistema de corrientes marinas en la zona. También, a la retirada del vertido de las aguas de refrigeración de la central térmica, ya que hasta que comenzaron las obras de la nueva planta todo este líquido llegaba directamente al arroyo. En la actualidad, sin este agua extra, el cauce del arroyo se ve mermado considerablemente en época estival, de manera que no tiene fuerza para abrirse paso entre la arena".
Por todo ello, el Ayuntamiento asegura que "se producen unos asentamientos de arena que imposibilitan la salida del agua hacia el mar provocando problemas sanitarios, como la proliferación de mosquitos y, ahora, la muerte de algunos peces".
A finales de agosto de 2008 la Autoridad Portuaria procedió al desarenado de la desembocadura del arroyo, y previamente se hizo en tres ocasiones a iniciativa de la empresa Enel Viesgo, propietaria de la central térmica que se está desmontando.
El concejal de Medio Ambiente, Salvador Romero Monrocle, señaló que "he estado con técnicos municipales en la desembocadura del arroyo, cuando se me informó de que se habían detectado peces muertos. Una vez allí pudimos comprobar que la desembocadura del arroyo estaba tapada por una barrera de arena, de manera que los peces podrían haber quedado atrapados en el cauce fluvial con la marea baja y haber muerto por falta de oxígeno".
