Quien ha de pregonar la inminente Semana Santa de Arcos, el cofrade Francisco Manuel Orellana Vega, ha recibido esta semana con gran orgullo y alegría las pastas que cubrirán su exaltación cristiana que, Dios mediante, pronunciará el próximo 26 de marzo en el teatro municipal Olivares Veas.
La Permanente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías quiso estar presente en esta convocatoria llena de simbolismo celebrada el pasado martes en el coro de la Basílica Menor de Santa María de la Asunción, así como el alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, en representación de la Corporación municipal y quien acabaría por materializar el acto de entrega de esta primera encuadernación del pregón oficial de 2023.
Las primeras palabras del acto fueron de Mari Carmen Roldán en nombre del Consejo, para los saludos de rigor y la lectura de un pasaje bíblico. El presidente del Consejo, Miguel Ángel Roldán, deseó con antelación toda la suerte del mundo al pregonero, compañero de hermandad y hombre sobradamente conocido en los ambientes cofrades de Arcos.
El pregonero, íntimamente ligado a la hermandad de las Tres Caídas desde su niñez, mostró lo imponente del escenario basilical para recibir las pastas que envolverán su trabajo. Asimismo, anticipó que escribir de las Tres Caídas, en particular, es un gesto de hacer propia en cierto modo su hermandad, como también explicó que reescribir sobre la Semana Santa le ha servido para confirmar una vez más la grandeza de este acontecimiento en todos los sentidos.
El alcalde, igualmente, se mostró convencido de la fe que el pregonero pondrá en su empresa y del mensaje que en sentido sabrá transmitir a los presentes. Por su parte, el párroco de Santa María, Manuel Jesús Ortiz, cerraría el acto explicando el significado de la Semana Santa, que no es otro que visibilizar “el amor más grande del mundo”, en alusión al sacrificio de Jesucristo que se recrea en este acontecimiento. El párroco enumeró asimismo una amplia relación de actos cuaresmales propios de las hermandades en estas fechas como un reflejo de cómo se vive el cristianismo en la ciudad, “haciendo que Dios sea importante en esta vida”.
