Los más afectados hasta el momento son los pasajeros del aeropuerto parisino de Orly, donde se han cancelado un 35% de los vuelos previstos y los que están operando lo hacen con un retraso medio de una hora.
En el caso del otro aeródromo de la capital francesa, Charles de Gaulle, se ha cancelado un 12% del total de vuelos previstos para esta jornada, según los datos difundidos por la entidad que lo gestiona, Aeropuertos de París (ADP).
Por lo que se refiere al tráfico ferroviario, se han constatado “perturbaciones”, aunque menos de las previstas, en la red de la empresa pública francesa de ferrocarriles SNCF, en la que el paro fue secundado por un 36,7% de los trabajadores.
Más de la mitad de los trenes de alta velocidad circularon con normalidad, y en el caso de Eurostar y Thalys el servicio funciona al 100%.
En cuanto al transporte metropolitano de París, también son mejores de lo previsto los resultados ya que el metro funcionó al 75% de su capacidad habitual y los autobuses al 85%.
En el sector de la educación la huelga fue secundada por un 47,9% de los trabajadores de primaria y un 28% de los de secundaria, según los datos difundidos por el ministerio de Educación.
Sin embargo, los sindicatos han informado de que el seguimiento en ese sector está siendo del 67,5% y 60%, respectivamente.
Entre los funcionarios, son más de un 23% los que están secundando el paro, que ha afectado también a la programación de las emisoras de radio y cadenas de televisión públicas.
Los ocho grandes sindicatos franceses convocaron manifestaciones y protestas en todo el país en protesta por la política económica del Gobierno y en defensa del empleo y del sector público.
Se trata de la primera gran movilización social desde que Nicolas Sarkozy está al frente de la presidencia de Francia.
Según el ministro de Presupuestos y de la Función Pública, Eric Woerth, esta iniciativa “no es una respuesta a la crisis” y lo que no se puede hacer es cambiar continuamente de política, desde mayo de 2007.