Enríquez Zea inició su alocución haciendo referencia “a la semilla rociera” sembrada en su persona desde que era un niño, “cuando empecé a ir al Rocío con la hermandad”. Después, el pregonero pasó a desglosar y revivir todos los actos de la hermandad algecireña en la romería de Almonte, contando sus vivencias desde que se realiza la despedida de la Patrona, la Virgen de la Palma, hasta los sentimientos que vive hasta llegar a la aldea almonteña.
Así, habló de la presentación de la hermandad delante del santuario y del Rosario de Almonte, del sábado por la noche, “cuando la hermandad almonteña devuelve las visitas, a modo de preparación de Pentecostés”.
Acompañado por tamborileros, Jesús Enríquez Zea dejó al descubierto sus vivencias y su amor por la Blanca Paloma, también en la misa del Real, el domingo por la mañana, sin olvidar la Eucaristía de la hermandad y el rosario del domingo por la noche de las hermandades con sus simpecados.
El pregonero rememoró cuando va a la hermandad de Algeciras la Virgen y la reciben con el Simpecado de la hermandad. Antes de relatar cuando la Virgen entra de nuevo a su santuario, Enríquez Zea realizó una oración, para que “nos cambie los corazones y que apartemos las fatigas de la vida en las marismas y la virgen nos de alegría en nuestros corazones y nos transforme en el nuevo curso que vamos a empezar después del Rocío”.
Como final incidió en la importancia de vivir el Rocío con la hermandad y desterrar la idea de que la romería es una feria”.
Tras el pregón del rociero, por parte de la Hermandad se dio a conocer que el pregón de 2011 será ofrecido por Felipe Mediavilla.