“El dolor de separarnos no es nada comparado con la alegría de reencontrarnos”; “Volvemos más fuertes que nunca”. Estos son solamente algunos de las decenas de mensajes dirigiéndose a sus seguidores que desde el pasado lunes, y especialmente desde ayer, inundan los perfiles de las redes sociales de la hostelería y el comercio jerezano para avisarles de su apertura este miércoles tras dos semanas cerrados por las restricciones de la pandemia cuando la tasa de incidencia superó los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.
Lo hacían en una jornada en la que muchos aprovechaban para limpiar y organizar la reapertura, cargando provisiones y adecentando el local para volver a la actividad y a la nueva normalidad, la misma que les obligará a seguir manteniendo las medidas de seguridad, las limitaciones de aforo y de comensales y, a lo que peor llevan: adelantar el cierre a las 18.00 horas.
Otros han aprovechado estos 14 días para arreglar la terraza y hacer esos arreglos que en horario comercial les resulta complicado compatibilizar con la presencia de clientes. Todo ello en un periodo en el que otros tantos han continuado prestando su actividad incorporando el servicio de recogida en local para las noches de los fines de semana, o manteniéndolo -para el caso de los que ya lo tuvieran-, añadiendo incluso entrantes gratuitos en los primeros pedidos para premiar la fidelidad de los clientes en estos tiempos tan complicados.
Eso sí, la gran mayoría apela a la prudencia “porque de nosotros depende el volver a vernos durante mucho tiempo”, y a la cautela para que esta reapertura sea indefinida y no tengan que volver a echar la persiana, mientras otros aguardarán todavía unos días para reabrir, haciéndolo el fin de semana, el próximo lunes o incluso en los próximos 15 días o más adelante.
Estos dos últimos supuestos son los más minoritarios, pero también se dan, y en el trasfondo está la inseguridad y la incertidumbre que afronta el sector: las limitaciones horarias y la situación laboral de los trabajadores. La mayoría de los negocios, especialmente el de la hostelería, reabrirá con una parte de su plantilla aún en ERTE y en algunos casos con sólo su propietario o el menor número de empleados al frente hasta que se relajen las medidas y se les permita trabajar también durante la noche. “No sabemos lo que va a pasar, ni si esto se va a volver a complicar, no puedo sacar a la gente del ERTE así como así y luego meterla otra vez”, señalan desde negocios que esperaran todavía algunas semanas para volver.
En el caso de los comercios, una buena parte ha aprovechado para colocar la nueva temporada de primavera, trabajando a puerta cerrada para tenerlo todo a punto y atendiendo pedidos por internet, si tenían incorporado este servicio.
En cualquier caso, todos coinciden: todo es una incógnita. Por esta razón, ni hay euforia ni las tienen todas consigo de que este parón obligado, el segundo en un año, vuelva a repetirse. Todos necesitan volver a la antigua normalidad cuanto antes. Todos lo necesitamos.